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La nueva derecha ecuatoriana

Avatar del Nelly de Jaramillo

El resultado de las nuevas autoridades y bloques de poder de la renovada Función Legislativa, a dos días de que asuma la presidencia de la República Guillermo Lasso, confirman el giro a la derecha de la clase política ecuatoriana, empezando por el presidente saliente Lenín Moreno, no obstante haber sido llevado al poder por Alianza PAIS, movimiento símbolo en Ecuador de la izquierda del siglo XXI.

El bloque mayoritario se ha estructurado por la unión de la Bancada del Acuerdo Nacional (BAN), constituido por los asambleístas del movimiento CREO y asambleístas independientes, con el movimiento indígena Pachakutik y el partido Izquierda Democrática (ID), eligiendo a Guadalupe Llori, asambleísta de Pachakutik y exprefecta de Napo, como presidenta de la Asamblea Nacional.

Que el movimiento indígena sea en Ecuador derechista en su mayoría, como no lo es en el resto de países de Latinoamérica, como Bolivia, Chile, Perú, Guatemala, Colombia, es deplorable y triste, además de incoherente y trágico en lo político. Y al final perverso, pues la nueva mayoría parlamentaria pretendería, como se desprende de las palabras del asambleísta de CREO, César Monge, no dar paso en la nueva legislatura a pedido de amnistía política que deje sin efecto la sentencia que bajo la mal intencionada acusación de una supuesta red de sobornos a órdenes del propio presidente Rafael Correa, impuso a este la pena de ocho años de prisión, tramoya jurídica que nadie en sus cabales pudo honestamente creer, pero ya había dado buen resultado en Brasil, eliminando a Lula da Silva de la contienda electoral, y aquí se la replicó con igual propósito.

Lo verdaderamente inexcusable es que el partido Izquierda Democrática (ID), fundado por liberales progresistas con sentido social, entre ellos Rodrigo Borja, expresidente del país, se haya también derechizado, por lo que por un acto de honestidad ideológica debiera cambiar su membrete y llamarse “Derecha Democrática” o algo parecido,

Así por lo menos sabríamos con claridad dónde pisamos.