Un golpe de aire fresco

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Y desde luego atentos como nunca a las investigaciones de la fiscal general Diana Salazar, dirigidas selectivamente contra Correa y los funcionarios de su gobierno...

El solo hecho de haber concurrido a votar por un nuevo presidente de la República y asambleístas y sus primeros resultados ha sido como una saludable ráfaga de aire fresco en medio de la pandemia morenista, aunque todavía nos queden algo más de tres meses para aguantar .

Estos comicios han servido también para disolver como pompas de jabón el imaginario del supuesto peso político de más de una docena de candidatos a la primera magistratura sin mayor mérito que su ego, sobrevalorado quizá por la adhesión de círculos de amigos o subalternos, salvo los reincidentes irredentos en estas contiendas políticas.

Habrá que estar muy atentos sin embargo a lo que pretenda hacer Lenín Moreno en su manifiesta estrategia de “tierra arrasada” para el próximo gobierno, máxime que se prevé que pueda ser de línea correísta por los resultados del domingo pasado, como su intención de vender el Banco del Pacífico, concesionar la refinería de Esmeraldas y otros servicios públicos, sus sospechosos acuerdos de confidencialidad en determinados contratos, sus viajes sin razón aparente, así como los de la vicepresidenta a los EE. UU., ya en las postrimerías de su mandato y un largo etcétera.

Y habrá que estar atentos sobre todo a los intentos de la función judicial a través de la Corte Nacional de Justicia, y más si el recién nombrado presidente de ese organismo Iván Saquicela, a raíz de su posesión manifiesta que su acción estará dirigida a conocer y resolver los asuntos de extradición, poniendo énfasis en que la anterior presidenta, Paulina Aguirre, en sus tres años de funciones tramitó 204 extradiciones y consiguió la extradición de 28 prófugos de la justicia, récord que al parecer pretende emular, incluyendo de preferencia en los casos que acometerá el de los 20 sentenciados en Sobornos 2012-2016.

Y desde luego atentos como nunca a las investigaciones de la fiscal general Diana Salazar, dirigidas selectivamente contra Correa y los funcionarios de su gobierno, o a sus maniobras para blindarse y aumentar el ámbito de sus prerrogativas, a la expectativa de que en la segunda vuelta pueda triunfar un candidato no afín a Correa, que le permita seguir en su malévola tarea.