Columnas

Anticorreísmo desaforado (II)

"... dado nuestro canibalismo político, nos llevará al caos y al crimen por odio, que es lo que más o menos encubiertamente está ocurriendo con esta serie de procesos que lo que quieren es destruir a Rafael Correa y al correísmo"

Cuestionamos la inclusión de “las disculpas públicas que los 20 sentenciados por corrupción debían dar en la Plaza de la Independencia en Quito”. Sin embargo, al parecer ya se habían dictado otras sentencias de este tipo contra funcionarios del régimen de Rafael Correa. Y así le tocó al exministro de Electricidad, Alecksey Mosquera, luego de haber cumplido el 65 % de la pena de prisión que le fuera impuesta, seguir el mandato de pedir disculpas públicas, y al hacerlo, empleando un minuto y medio para ello, según relata diario El Universo, la mayor parte la empleó en aclarar que el proyecto Toachi-Pilatón se suscribió un año antes de su gestión, que mucho del proceso penal se dio sin su conocimiento y que nunca fue comprobada la ilicitud del origen de los recursos en esa causa que arrancó en 2017, para finalizar con las sacramentales palabras: “Pido disculpas públicas al Ecuador, desde el fondo de mi corazón las ofrezco”. ¡Ah la justicia morenista y su espectáculo medioeval!, que sin embargo no ha satisfecho a los anticorreístas más recalcitrantes que ahora protestan porque se le otorgue al exministro el beneficio de cumplir el resto de su condena bajo el régimen semiabierto, sin saberse si antes cumplió con pagar la parte que le correspondía como reparación para el Estado. Germán Rodas, coordinador de la Comisión Anticorrupción, considera que ese acto de las disculpas termina siendo una “ofensa” para el país al no cumplir el sentenciado completa su pena en la cárcel, ni pagar económicamente por el “asalto provocado”, y gozar de los beneficios penitenciarios como son la prelibertad o el régimen semiabierto. El constitucionalista Ismael Quintana piensa igual pero resulta ser un anticorreísta acérrimo, al punto de sostener que los beneficios penitenciarios fueron hechos “por el correísmo para el correísmo”, señalando que ve como fundamental una Ley de Extinción del Dominio. Pero esta, dado nuestro canibalismo político, nos llevará al caos y al crimen por odio, que es lo que más o menos encubiertamente está ocurriendo con esta serie de procesos que lo que quieren es destruir a Rafael Correa y al correísmo, sin ponerse a pensar que son ellos, aún más que sus seguidores, quienes lo están convirtiendo en símbolo. Y a los símbolos nada los destruye.