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Alternabilidad presidencial

Avatar del Nelly de Jaramillo

Uno de los valores del sistema democrático occidental ha sido el de la elección de sus gobernantes mediante sufragio universal por un período determinado, finalizado el cual pueda ser reelegido, pues se ha entendido que la “voluntad popular” es el único requisito esencial. Cuando los sistemas democráticos han decidido restringir la posibilidad de reelección a una sola vez, o alternativamente, consta así en las constituciones de esos países. Nuestra Constitución prohibió la “reelección indefinida” sin señalar el número de posibles reelecciones, por lo que en el caso del expresidente Correa, reelegido ya una vez con la Constitución vigente, optó por no presentarse a segunda reelección y Alianza PAIS promovió y lanzó como candidato a Moreno, quien ganó las elecciones y ejerció su mandato en forma mediocre. Pero alternabilidad respecto del ejercicio del poder ¿es realmente un principio de la democracia occidental, se entiende que de estar incluido en la Constitución? Desde luego que sí y solo como tal. Mas en orden de prioridades, el primero y superior de la democracia es la “voluntad popular” manifestada mediante el sufragio. Y es aquí donde ha querido verse el talón de Aquiles de las elecciones celebradas en países de regímenes socialistas en Latinoamérica, al tachárselas de “no libres” no obstante el número de observadores internacionales que hayan podido tener, como ocurre en especial con la Venezuela de Nicolás Maduro (antes con la Bolivia de Evo Morales), porque las potencias occidentales lideradas por la estadounidense se niegan a ver lo evidente: que Maduro goza del respaldo popular pues Venezuela sigue siendo “chavista”, como Cuba será “fidelista”, por sobre la muerte de sus líderes y caudillos. En otros continentes y sistemas la permanencia en el poder ha sido más bien garantía de progreso y buen gobierno, como en la Alemania de Angela Merkel y en Rusia, que ha extendido hace poco el mandato de Vladimir Putin hasta 2034, y esa práctica ha constituido una garantía del equilibrio y paz mundial, al poner freno a las ambiciones expansionistas norteamericanas, como lo demostró la guerra siria. En nuestro país Velasco Ibarra ganó en elecciones cinco veces la presidencia, aunque solo en la última completó su período. Murió en absoluta pobreza.