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Aerovía turística

Avatar del Mónica Cassanello

Sería una gran opción de esparcimiento

Como típicos guayaquileños noveleros fuimos hasta la estación Cuatro Mosqueteros, en el malecón, para usar por primera vez la Aerovía. Lo hicimos como la mayoría de la población, no con la finalidad de transportarnos hacia algún punto en particular, sino para hacer turismo. Fue bonito ver la ciudad desde un ángulo diferente y cruzar sobre el río en la cabina, admirando el hermoso paisaje temprano en la mañana, pero el paseo se acabó muy pronto y cuando llegamos a Durán no había nada qué hacer. Nos bajamos en la estación a ver si encontrábamos alguna artesanía o una forma de cruzar hacia la isla Santay. Vimos unos comedores criollos al otro lado de la calle, que no llamaron nuestra atención ni nos dieron sensación de seguridad, pero ningún quiosco con venta de ‘souvenirs’; y por último, la entrada al puente estaba clausurada. Fue frustrante no poder llegar a la isla. Fin de la aventura.

Si queremos que Guayaquil sea un destino y no solo un sitio de paso hacia Galápagos o la Sierra debemos ampliar la oferta turística. Si la Aerovía definitivamente no es utilizada por la ciudadanía como un medio de transporte, hagamos todo lo necesario para potenciarla como un atractivo turístico. Sería fantástico poder cruzar el río y ya en Durán atravesar el puente hasta la isla para hacer excursiones por el humedal, caminando o en bicicleta, observar la fauna y la flora, y comer platos típicos en la comuna, para luego cruzar hacia Guayaquil por el puente ubicado en la calle El Oro. Después de recorrer todo el Malecón 2000 en dirección a Las Peñas se podría finalizar el trayecto disfrutando de la variada y creciente oferta gastronómica de la calle Panamá. Se completaría así un muy atractivo circuito turístico, tanto para locales como para extranjeros. Pero para ello es necesario rehabilitar el puente que une a Durán con Santay (se robaron el aluminio de la estructura) y el servicio de alquiler de bicicletas (aún se mantiene para el puente que une la isla con Guayaquil), reparar las camineras para poder recorrer los senderos y ofrecer servicios básicos para los visitantes, como baños ecológicos, bancas para descanso y bebederos. Sería una gran opción de esparcimiento.