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La solución a la crisis carcelaria

Avatar del Modesto Apolo

El problema carcelario en el país es constitucional y legal.

La Constitución de Montecristi y los cuerpos legales que de ella se originan son pro derechos del delincuente y no pro derechos de las víctimas; de ahí el silencio de instituciones afines a la izquierda, como los organismos de los “derechos humanos”, calladas ante la masacre carcelaria.

La Constitución del 2008 y sus leyes conexas responden a los lineamientos del Foro de Sao Paulo, donde el socialismo, aliado a los grandes carteles delincuenciales, trazaron la ruta para apoderarse de Latinoamérica, bajo el camuflaje del socialismo del siglo XXI.

Nadie pudo desmentir el contenido de los computadores de los comandantes de las FARC, Raúl Reyes y el Mono Jojoy; en el que se mencionaban aportes a la primera campaña presidencial del candidato del socialismo del siglo XXI, Rafael Correa.

A criterio del coronel (SP) Mario Pazmiño, exjefe de inteligencia militar, el lineamiento del Foro de Sao Paulo era: poner gobiernos corruptos en países con alto descontento social; debilitar la institucionalidad de las fuerzas de seguridad interna y externa, e infiltrar en ellas a los miembros de las bandas delincuenciales locales, captadas por los carteles internacionales. Por eso no debe extrañarnos que luego de la salida del FOL, se encuentre droga en un hangar de la base de Manta, ni que hayan atentado contra el radar de Montecristi; o que quienes controlan las cárceles sean las mafias criollas, tercerizadas por los carteles internacionales de la droga.

El problema es legal, constitucional, creado por quienes pactaron con la narcoguerrilla para cogobernar con los capos de las mafias internacionales, esos que hoy se denominan oposición en la Asamblea, dedicados al circo y a la instigación.

El presidente Lasso tiene en sus manos la solución. Llamar a consulta popular para escoger la Constitución de 1998, bajo la cual vivíamos seguros y en paz; o seguir con la de Montecristi. Si se elige la del 98, se les acaba el circo a los de la oposición, a los delincuentes y a los infiltrados. Solo así recuperaremos el país y la paz.