Vieja práctica de gobiernos populistas, so pretexto de políticas de ayuda social, dar al pueblo alimento y entretenimiento de baja calidad y de alta capacidad de distracción, permitiendo al gobierno incompetente ocultar sus manejos chuecos.

Las redes sociales, los medios de comunicación tradicionales comienzan a inundarse de ofertas y propuestas de los autodenominados precandidatos presidenciales, pretendiendo ganar el voto, ofreciendo proyectos infantiles, demagógicos, que rayan en el ridículo, o planes de gobierno que solo serían posibles con otra estructura estatal y legal.

Ecuador ha vivido de pan y circo gracias a la irresponsabilidad del votante, que cae en el facilismo de la oferta barata e irreal, “todo regalado o adquirido con el mínimo esfuerzo”. Resultado: hambre, miseria, inseguridad, drogas y sicariato; desempleo  y enriquecimiento veloz de la clase política corrupta. La pregunta es, ¿por quién votar para que Ecuador sea un país seguro, de progreso sostenido y sostenible en todos los campos? La respuesta es, por quien tenga una hoja de vida transparente, honesta; por quien trabaje en implantar la práctica de la responsabilidad social y autosuficiencia en la población; por quien ofrezca realizar el desarrollo a través de alianzas público-privadas ejecutando proyectos habitacionales populares que generen empleo e incentiven la inversión nacional y extranjera, en la diversidad productiva como la agroindustria, espectáculo, cultura, gastronomía, ecoturismo, etc., demostrando cómo lo va a  hacer realidad, con qué financiamiento y a qué costo. Por quien se rodee de expertos e impulse una legislación anticorrupción, penalizando a autores intelectuales, materiales y a sus testaferros, con el decomiso y multas del quíntuplo de lo robado; por quien obligue a los burócratas y a su círculo íntimo, familiares o no, a realizar declaraciones anuales de sus bienes; por quien cree fuerzas especiales anticorrupción, con ayuda de instituciones internacionales con amplia experiencia en aquello.

Solo así lograremos riqueza y progreso, dejando atrás el pan y circo populistas.