Columnas

Centralismo, burocracia y corrupción

Parafraseando a Churchill, en referencia al federalismo, podríamos manifestar que frente al centralismo asfixiante y corrupto, los Estados Federados son los menos malos de los sistemas políticos de gobiern

Un Estado centralizado tiene como característica que las decisiones políticas son exclusivas del gobierno central; de ahí la acumulación de las facultades de las diversas entidades tales como el Legislativo, Ejecutivo, Judicial, Electoral, y el de Participación Ciudadana en aquellos países que adoptaron el socialismo del siglo XXI, hiperpresidencialista e hiperconcentrador. Por norma general, pese a ser un concentrador de poderes y funciones, requiere de ingente capital humano, no necesariamente idóneo, sino por lo general, para ser una cadena de obstáculos, que entorpezcan la actividad para luego generar la necesidad de buscar medios o recursos “alternativos” que permitan acortar tiempos y requisitos, abriendo la vía para la “coima” bajo el membrete de “asesoría” en recursos facilitadores. En resumen, abriendo vía a la corrupción.

No cabe duda que no todos los burócratas son corruptos, pero cuando tenemos una burocracia hiperinflada, es decir un Estado obeso en cuanto al número exagerado de colaboradores, estamos en presencia de sistemas centralistas corruptos.

Si bien el federalismo también tiene sus imperfecciones, no es menos cierto que el solo hecho de que los estados federados, considerados como tales las unidades territoriales que conservando su soberanía y siendo parte integrante de un ente mayor denominado estado, delegan a este cierto grado de autonomía, permitiendo así una mejor administración al tener el poder político de su territorio, con lo cual el organismo democrático nacional es el resultado de la unión de las células democráticas regionales, denominadas Estados Federados.

Para el ex procurador general Xavier Garaicoa Ortiz, con base en la normativa constitucional vigente, para que se consideren a las regiones como Estados Federados basta la voluntad popular expresada en una consulta popular.

Parafraseando a Churchill, en referencia al federalismo, podríamos manifestar que frente al centralismo asfixiante y corrupto, los Estados Federados son los menos malos de los sistemas políticos de gobierno. Siendo así, ¿por qué no intentarlo?