Modesto Apolo: Tucídides y el narcoterrorismo

La decisión final la tomaremos frente a las urnas en esta segunda vuelta electoral
La Trampa de Tucídides es la tensión que surge cuando el poder emergente desafía el dominio del poder establecido. En Ecuador, el pacto entre el correísmo y los grupos criminales pudo generar una falsa sensación de paz, invisibilizando, parcialmente, la violencia a cambio de impunidad. Este tipo de acuerdos fortalecieron a la delincuencia al permitirle operar con libertad, teniendo acceso a recursos y redes internacionales.
Siguiendo la lógica de la Trampa de Tucídides, el crimen organizado (poder emergente) aumentó su poder gracias a la tolerancia gubernamental; controló más zonas, tanto urbanas como rurales. La delincuencia organizada infiltró la política utilizando la corrupción para influenciar elecciones, empresas y crear leyes que aseguren impunidad.
Tras la salida del correísmo, los nuevos gobernantes (poder establecido) heredaron un Estado debilitado con un crimen organizado que operaba sin restricciones, dándose así el cambio de la jerarquía de poder, porque el Estado ya no dominaba, solo reaccionaba, siendo así que el crimen organizado se convirtió en el nuevo poder hegemónico sobre lo territorial, político y social.
El resultado: las infraestructuras del Estado infiltradas, colapsadas; los ciudadanos atrapados por la anarquía criminal. En resumen, un narcoestado en el que las organizaciones criminales compiten entre sí y contra el gobierno, cayendo en violencia descontrolada.
El Estado intenta recuperar el control con medidas extremas (fuerza militar, estados de excepción), generando crisis económica, fuga de inversiones y personas.
El narcotráfico y el terrorismo en Ecuador tienen conexiones internacionales; por tanto, la colaboración extranjera para combatirla, se torna vital.
Esta segunda vuelta electoral no es una elección cualquiera, es una elección en la cual la disyuntiva de los ciudadanos es: seguir esclavizados por la delincuencia organizada y su brazo político RC5 o liberarnos de ella eligiendo a quien la viene combatiendo este último año y medio: ADN.
La decisión final la tomaremos frente a las urnas en esta segunda vuelta electoral.