Premium

Los revolucionarios

Avatar del Modesto Apolo

"La sociedad ecuatoriana de los últimos catorce años es una sociedad colmada de corrupción"

Se entiende por revolucionarios a aquellas personas que persiguen un cambio brusco en el ámbito social, político, económico y moral en una sociedad, lo cual desmitifica aquello de que solo son revolucionarios los izquierdistas.

La sociedad ecuatoriana de los últimos catorce años es una sociedad colmada de corrupción, con construcciones innecesarias y con sobreprecios exorbitantes, donde la vida no vale nada, no únicamente por el estallido delincuencial y de sicariatos, sino por la compra indiscriminada de insumos y equipos médicos con sobreprecios, luego abandonados en bodegas, sin ser distribuidos a la población, porque el objetivo no es salvar vidas, sino hacer grandes negociados.

En lo jurídico: compra de cargos y venta de favores, lo cual ratifica que la justicia es ciega, corrupta, pero no sorda, ya que no importa quién cotice, lo importante es si el monto ofrecido llena o no las expectativas.

En lo social, una sociedad donde el gran subempleador son los grandes carteles de la droga, con sus divisiones de micro y macrotráfico, préstamos usuarios, recaudadores avezados, y sicarios a sueldo. Una sociedad en la que desde la plataforma sindicalista, en lugar de ser el interlocutor para mejorar la relación obrero-patronal, en el entendido de que sin empresa no existe trabajo y sin trabajadores no existe empresa, dicha dirigencia lucha por mantener privilegios y hacer política, más que por generar condiciones que incentiven la creación de empresa, por ende, de plazas de trabajo.

Ese Ecuador, paraíso delincuencial, inseguro y corrupto debe cambiar ya. Para aquello se requiere de una revolución ética, democrática, económicamente eficiente, con equidad, justicia despolitizada y seguridad ciudadana garantizada.

Por lo manifestado llamo a cambiar este estado de cosas y optar por un gobierno que permita lograr estos cambios y no caer en la oferta barata, en el canto de sirenas, que son los responsables de la degradación social, política y económica de los últimos catorce años de izquierda hambreadora. Esa es la tarea de los verdaderos revolucionarios de corazón.