Los del banquillo

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Como suele suceder, existen los oportunistas, los autodeclarados ahijados, con los mismos defectos morales conceptuales de origen se suman a la familia como adoptados.

La expresión Los del Banquillo, puede ser utilizada dependiendo del punto de vista desde el cual se considere.

Desde la óptica deportiva, “los del banquillo” son aquellos que perteneciendo a un mismo equipo, son considerados de “reserva“, para entrar en el caso que algún jugador titular salga del juego.

Pareciera ser que durante estos últimos trece años hemos sido gobernados, atracados y esquilmados por el equipo completo (titulares y reservas) de la “familia” a la que el economista Alberto Dahik denomina “Familia FARC“, Familia Revolución Ciudadana; la que viene rotando a sus miembros, en las distintas carteras en diversos periodos, tanto en el de Rafael Correa, como en el de Lenín Moreno, con distintos estilos, similares prácticas, vicios, defectos, y consecuencias, en lo económico, político y social.

Desde el punto de vista legal-judicial, algunos miembros del equipo de la “FARC” Familia Revolución Ciudadana, titulares y reservas, han sido llamados a sentarse en el banquillo de los acusados, unos pocos sentenciados y otros intocados.

Como suele suceder, existen los oportunistas, los autodeclarados ahijados, con los mismos defectos morales conceptuales de origen, que por afinidad, se suman a la familia como adoptados y adaptados, siendo los elementos aglutinadores el oportunismo, la conveniencia, la ausencia de sensibilidad humana y de consciencia moral. Ese oportunismo indolente deforma la naturaleza del servicio público, a servirse de él; sólo así podremos entender, sin justificar, los negociados en épocas de conmoción y dolor, como los del terremoto en Esmeraldas y Manabí, y en la actualidad, los de las instituciones de salud regentadas por el Estado, la compra y reparto de víveres, medicinas, implementos de bioseguridad y fundas para cadáveres.

Es hora de que los integrantes de la Familia Revolución Ciudadana, titulares y reservas, sean removidos del banquillo del oportunismo y sentados en el banquillo de rendición de cuentas y devolución de lo robado. Solo así daremos el giro de 180 grados requerido en el servicio público y ejercicio político.