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Votación fragmentada

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"El nuevo gobierno debe buscar acuerdos mínimos de gobernabilidad, no para parcelar o repartir el país, sino procurar unidad en función de una hoja de ruta y objetivos nacionales de largo aliento"

El pueblo ecuatoriano volvió a demostrar su civismo concurriendo a sufragar el domingo pasado, no obstante los riesgos de contagio por la pandemia y su desencanto por la aguda crisis que soporta. Los resultados evidencian una acentuada fragmentación política. Cinco sectores demostraron tener representatividad y exhibieron alguna tesis o tendencia. Auspiciaron a candidatos: Arauz, Pérez, Lasso, Hervas, a lo que hay que agregar el voto nulo y blanco (12,50 %) que responde a un elector, ninguno de los candidatos lo convenció. Ello nos lleva a otra verdad: los dos aspirantes que pasan a la segunda vuelta no representan sumados el 50 % de votantes, sin contar el ausentismo del 18 %, que normalmente en un 50 % acude a votar en la segunda vuelta. Es momento de eliminar “movimientos políticos” de alquiler, le resta elemental seriedad a la actividad política, mucho más en una campaña para presidente de la República.

El nuevo gobierno debe buscar acuerdos mínimos de gobernabilidad, no para parcelar o repartir el país, sino procurar unidad en función de una hoja de ruta y objetivos nacionales de largo aliento.

Después de 14 años en que se alimentó el enfrentar pobres contra ricos, Estado contra empresarios (pequeños, medianos, grandes), en que un centralismo arrebató competencias a gobiernos seccionales, es imperativo construir más democracia con instituciones sólidas, seguridad jurídica, administración de justifica y organismos de control independientes, reducir asambleístas a un 50 %, eliminar parlamentarios andinos sin oficio, instituciones superpuestas que interfieren en la administración estatal, contar con empresas públicas eficientes y rentables, servicios básicos técnicamente dirigidos sin corrupción y con tarifas asequibles a todos, reorganizar íntegramente el sector petrolero que ha incubado en los últimos 50 años nuevos ricos salidos de la nada, dar autonomía total al IESS, priorizar la atención al sector agropecuario, y sobre todo impulsar una lucha sin treguas contra todo vestigio de corrupción, que tiene descompuesto al Ecuador.

Habrá una segunda vuelta y una Asamblea Legislativa también muy fragmentada.