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Remezón político

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La decisión del presidente Lasso es una virtual renuncia al cargo, explicable por la escasa gobernabilidad y débil credibilidad y apoyo popular

El presidente Guillermo Lasso optó por disolver la Asamblea e interrumpió la votación final del juicio político, porque del juicio final sobre sus acciones se encargará el tiempo. Agitó al país con elecciones en 90 días, obligando a los movimientos políticos a una apresurada campaña para promover candidatos a la presidencia y vicepresidencia del país y a la Asamblea Nacional, lo cual favorece a los movimientos que tienen más organización y permanente activismo.

La disolución de la Asamblea contó con el rápido y decisivo apoyo de las Fuerzas Armadas, eso la afianzó, unido a un país agotado por la polarizada conflictividad política y creciente inseguridad. La Corte Constitucional se limitó a señalar su constitucionalidad y esquivó analizar si existía la causal de una grave crisis política y conmoción interna denunciada por exasambleístas y otros sectores.

Esta facultad constante de la Constitución del 2008, hecha a la medida del proyecto hiperpresidencialista del expresidente Rafael Correa, fue incorporada para que un presidente con apoyo popular, cuya gestión sea obstruida por la legislatura, la disuelva, y lo ratifiquen en una cercana elección. La decisión del presidente Lasso es una virtual renuncia al cargo, explicable por la escasa gobernabilidad y débil credibilidad y apoyo popular que tiene, creando una transición que pudo confiarla a su vicepresidente, con menor resistencia. Quedó pendiente conocer por qué Flopec prefiere contratar buques para exportar el petróleo, transporte que es parte del juicio por sobornos en Petroecuador

El país sigue en la incertidumbre y pagará el costo de las elecciones anticipadas. Ojalá la ciudadanía se ilumine y elija bien. Es ingenuo no advertir que la preparada y organizada para eventos electorales es la clase política. El presidente no enfrentó a inicios de su mandato los cambios que el país esperaba y que lo llevaron al poder, no supo fortalecer la institucionalidad democrática; tampoco tuvo un plan para construir un mejor país, con más unidad, menos desencuentros, mayor seguridad y estabilidad. Resta esperar que el presidente rectifique y acierte en sus decisiones.