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Escasez de líderes

Avatar del Medardo Mora

"El verdadero líder no se queda en la crítica, construye consensos, soluciona problemas, prefiere lo trascedente a lo transitorio, no es autoritario"

El ab. Jaime Nebot, experimentado dirigente político, no será candidato en las elecciones presidenciales de 2021, en un escenario con escasez de líderes. Esta situación aumenta la incertidumbre ciudadana en que una mayoría del 80 % no tiene preferencia por ningún precandidato. Se multiplicarán espontáneos autocandidatos, sin una hoja de servicio al país que merezca la confianza del elector.

La profunda crisis que vive el Ecuador vuelve fundamental la elección. El país no puede improvisar presidente, ni elegir a quienes ya lo han defraudado. Se aspira que para no convertir el evento electoral en “votar” una moneda al aire, surja alguien con suficientes conocimientos y honestidad, para servir patrióticamente sin distingos a todos los ecuatorianos, privilegiando objetivos nacionales y olvidando intereses de amigos, familiares y lisonjeros de turno.

El país necesita un gobierno que inspire confianza y le devuelva optimismo en su futuro, agobiado por el insolente atraco de fondos públicos, desempleo, inseguridad y creciente pobreza. Se espera que los candidatos no abusen de la permisividad ciudadana, con discursos audaces, mentirosos, que nos empujarían más en un irrefrenable despeñadero.

Todo proyecto colectivo demanda buena conducción para lograr resultados deseados. Sobran ejemplos de la importancia de tener dirigiendo una entidad y con mayor razón a un Estado a un buen líder, que para serlo requiere poseer convicciones firme, respeto y respaldo de sus dirigidos, ser implacable con incorrecciones, no doblegarse ante dificultades, conocer factores que confluyen en las acciones que emprenda. El líder debe ser auténtico, frontal, sincero, seguro de sí mismo, apegado a lo justo, a la verdad, contar con un buen equipo de trabajo, capacidad de diálogo sin prejuicios, no dejarse atrapar por la vanidad o el adulo, ni ser ególatra.

El verdadero líder no se queda en la crítica, construye consensos, soluciona problemas, prefiere lo trascedente a lo transitorio, no es autoritario o represivo, no se altera con facilidad, analiza opiniones discordantes, no se cree predestinado, no busca vencer sino convencer.