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Medardo Mora Solórzano | Las preocupaciones del ‘No’

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El país le ha dicho al Gobierno que no está de acuerdo con su gestión

Existen múltiples comentarios después de la Consulta Popular de hace 10 días. Es un pronunciamiento que pone a pensar a los ecuatorianos sobre cuál será la situación en el futuro, lo cual genera preocupaciones. Aquello obliga al presidente Noboa a repensar sobre su gestión, si no elude la responsabilidad que tiene con el país como primer mandatario.

El presidente debe valorar que el país ha sido comprensivo con él y le ha dado herramientas para que pueda realizar una buena labor: aceptó la subida del IVA y la eliminación del subsidio a los combustibles, lo que sin duda afecta a la población, y le ha dado su apoyo en la lucha contra los grupos delincuenciales. El pronunciamiento en favor del No no puede ser tomado como algo sin importancia. El país le ha dicho al Gobierno que no está de acuerdo con su gestión; cualquier otro tipo de interpretación es maquillar el pronunciamiento ciudadano, que ha sido claro y contundente.

Gobernar es rectificar y no reconocer errores es agrandar un problema. Limitarse a campañas propagandísticas no es suficiente, tampoco lo es buscar contradictores, ni siquiera ser una alternativa anticorreísta. Conviene realizar diálogos y escuchar opiniones, lo cual es democrático, pero sobre todo demostrar con acciones concretas resultados de su gestión. Entregar bonos a determinados sectores puede agradar a quienes los reciben y a sus partidarios, pero con eso no se solucionan los complejos problemas que tiene el país. Un gobierno responsable piensa en el bien común, en dar respuestas a las necesidades o aspiraciones ciudadanas. El presidente debería recordar la aleccionadora frase de Winston Churchill: “Se puede engañar a muchos por un tiempo, a algunos por algún tiempo, pero nunca a todos todo el tiempo”. Las palabras que no van acompañadas de acciones concretas se las lleva el viento.

Es el momento de establecer una hoja de ruta y fijar objetivos. Sin identificar una meta, los riesgos de zozobrar en el camino se multiplicarán. Por el bien del país deseo que el Gobierno acierte y abandone egos o vanidades. No se trata de ejercer un alto cargo sino de merecer ejercerlo.