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Medardo Mora Solórzano | Diálogos sobre qué

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Después del pronunciamiento ciudadano en la última Consulta Popular, se reclama la necesidad de un diálogo

Dialogar es necesario en una democracia, es el medio con el que quienes gobiernan pueden enterarse directamente de las visiones e ideas de los distintos sectores y actores sociales.

El presidente de la República en un gobierno democrático es el primer mandatario, los mandantes son los ciudadanos. Un gobernante no es elegido para gobernar para sus amigos y partidarios, debe hacerlo para todos. Mal hace el presidente Daniel Noboa en alejarse del país y no enfrentar los crecientes y críticos problemas que requieren respuestas claras y urgentes; de lo contrario esos problemas crecerán y tendrán un alto costo para el país y para él.

Después del pronunciamiento ciudadano en la última Consulta Popular, se reclama la necesidad de un diálogo amplio y patriótico, que no puede ser confundido con conversatorios para pactos de toma y daca; tampoco puede haber diálogos sobre temas indefinidos para escuchar una lluvia de opiniones.

Con el diálogo no se trata de convencer a nadie, ni buscar homogenizar criterios. Siempre existirán quienes se oponen a lo que un gobierno piensa o hace, pero sí es posible encontrar coincidencias sobre objetivos nacionales de interés común. Es difícil encontrar coincidencias entre quienes creen en gobiernos autoritarios y quienes creen en gobiernos democráticos, que difieren radicalmente en el rol del Estado y en el respeto a la institucionalidad y libertades individuales, pero no puede excluírselos.

Los diálogos deben darse sobre situaciones concretas, entre otras, combatir la corrupción, seguridad, administración de justicia, crisis en salud, deterioro de la seguridad social, educación, red vial, problemas en el área energética: electricidad, explotación petrolera y minera.

Dialogar demanda personas entendidas en la materia, funcionarios que en cada área tengan el conocimiento y experticia del tema a tratarse, interlocutores dispuestos a despojarse de intereses facciosos y que piensen en el interés nacional. Pero es evidente que el presidente Noboa no se ha rodeado de personas con experiencia, que estén a la altura de los complejos desafíos que tiene el país.