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Medardo Mora | Depuración de la justicia

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Esta ejemplar actitud de la fiscal General, el país la quisiera observar en todas las instituciones públicas

Esa extraordinaria ecuatoriana, la fiscal General, Dra. Diana Salazar, esgrimió como fundamento en su información al país sobre la investigación realizada en el caso Purga, la necesidad de depurar la justicia, poniendo en evidencia cómo se manejaba la administración de justicia en Guayaquil. Actos de corrupción o alejados de la ley eran avalados por un equipo de jueces y funcionarios coludidos en tan condenables propósitos. Esta no es sino una muestra de la degradación a la que ha llegado a nivel nacional el Poder Judicial, bastión indispensable para mantener un régimen de Derecho. Una justicia lenta, negociante de fallos o influenciada por intereses políticos.

El caso Purga se lo conoce cuando fuerzas políticas coaligadas en la Asamblea buscaban tomarse el Consejo de la Judicatura, repartirse jueces a nombrarse de la Corte Nacional de Justicia y espacios del Poder Judicial en todo el país, tal como sucedió cuando se ofreció “meter la mano en la justicia” y se produjo el nombramiento de jueces y fiscales de acuerdo a conveniencias del gobierno de turno.

Esta ejemplar actitud de la fiscal General, el país la quisiera observar en todas las instituciones públicas, que tienen que ser depuradas, sacando del engranaje burocrático a lacras sociales que han posibilitado el saqueo de los dineros públicos, cuyos beneficiarios gozan de lo mal habido impunemente, mientras las personas honorables, que viven de su trabajo, son condenadas a pagar los costos de esos atracos o de decisiones administrativas arbitrarias o torcidas, imponiéndoles nuevos impuestos y/o deficitarios servicios públicos.

Los casos Metástasis y Purga se convierten en una luz de esperanza de que no todo está perdido en este Ecuador descompuesto por el tráfico de mafias dedicadas a cometer delitos como el narcotráfico, robo de recursos públicos, perjuicios o asesinatos a ciudadanos. Tengo la seguridad de que la fiscal General, con la fortaleza de sus firmes convicciones y principios se impondrá a las componendas y conveniencias de sus adversarios pícaros y mentirosos. A esa lucha debemos sumarnos los ecuatorianos de bien.