Premium

Medardo Mora | ¿Controversia política o entre países?

Avatar del Medardo Mora

La OEA en decisión salomónica y sensata rechazó la actitud del gobierno mexicano y condenó la del ecuatoriano

La controversia existente entre Ecuador y México responde más a diferencias de carácter político que a una controversia diplomática entre ambos países. Es indiscutible que el gobierno mexicano concedió asilo al exvicepresidente Glas por solidaridad ideológica, violando convenios internacionales que lo obligaban a respetar decisiones judiciales del Ecuador, sin que aquello justifique la incursión por la fuerza hecha por el gobierno ecuatoriano a la sede de la embajada mexicana en Quito.

El asilo es una institución creada para proteger personas inocentes, perseguidas injustamente por gobiernos dictatoriales; utilizarlo como medio de protección a prófugos de la justicia es hacerle un grave daño a la convivencia civilizada entre los distintos países del mundo.

Es inocultable que los dos gobiernos, de Ecuador y de México, promueven su equivocada actitud a sus aspiraciones políticas internas; ambos países tienen elecciones próximamente. Aquello explica que la oposición en México critique ácidamente a su gobierno, como lo hace la oposición en el Ecuador. El expresidente Correa llega al extremo de pedir todo tipo de sanciones de la comunidad internacional contra su propio país.

La OEA, en decisión salomónica y sensata, rechazó la actitud del gobierno mexicano y condenó la del ecuatoriano, exhortándolos a superar el ‘impasse’ por vías diplomáticas.

Por lealtad a su histórica conducta, Ecuador debió limitarse a no otorgar el salvoconducto y ejercer un prolijo cuidado externo a la sede de la embajada para impedir la salida forzosa del país del prófugo ‘asilado’ e iniciar una ofensiva diplomática contra la ilegal actitud mexicana, postura que ahora la está aprovechando ese país.

En política es axiomático, un político por sus ambiciones o pasiones sacrifica la legalidad por sus intereses políticos; pero un buen ciudadano no debe sacrificar lo legal o racional por intereses políticos. Este incidente nos recuerda la expresión metafórica del poeta español Ramón de Campoamor: “en el mundo traidor de la política, nada es verdad ni mentira, todo depende del cristal con que se mira”.