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Prohibido olvidar la lelodolarización

Avatar del Martin Pallares

En la entrevista, Arauz se jacta de astuto y dice que en Washington nunca se imaginaron que en estos países podía haber pensadores como él

A Andrés Arauz le fallaron los tiempos: si el asesinato a Fernando Villavicencio ocurría un día antes, quizá se hubiera podido ahorrar el papelón que hizo el 8 de agosto saliendo a decir que ama el dólar y la dolarización, cuando su lenguaje corporal delataban que estaba mintiendo y traicionándose. Una noticia tan traumática como la del crimen era la única forma de borrar del mapa el debate que él había encendido por culpa de una entrevista suya a Perfil, donde daba detalles de cómo creía que se debe modificar el esquema de la dolarización, otorgando al Gobierno el monopolio del manejo de los dólares contantes y sonantes.

En realidad, esa entrevista estaba llevando a la candidatura de Luisa González al precipicio. El energúmeno de la desdolarización nuevamente aparecía y tuvo que hacer ese triste espectáculo para negar lo que genuinamente piensa y quiere. Al día siguiente ocurrió la tragedia del asesinato a Villavicencio y el tema de la desdolarización desapareció, aunque eso no haya significado que la debacle de la candidatura correísta se detuviera, ya que eso la perjudicó mucho más.

Pero lo que realmente piensa el correísmo sobre el dólar no se puede dejar de machacar. Peor cuando la entrevista a Perfil no es la única constancia. En otra entrevista a un medio de EE. UU., que en Ecuador no ha sido reseñada, Arauz dijo lo mismo que a Perfil, con más detalles y un agravante: dejó en claro que su odio al dólar es por rechazo al imperialismo yanqui. En un inglés impecable, Arauz le dijo a ‘Money on the Left’ que la dolarización fue una “conspiración” del imperialismo en coordinación con el gobierno de Jamil Mahuad para construir un sistema dolarizado en varios países de América del Sur. Ahí, Arauz sostiene que el hecho de que se haya instalado la base de Manta cuatro meses antes de la dolarización es la evidencia de dicha conspiración, diseñada para que los EE. UU. puedan controlar la región.

En la entrevista, Arauz se jacta de astuto y dice que en Washington nunca se imaginaron que en estos países podía haber pensadores como él, capaces de encontrar fórmulas ingeniosas para hacer trampa al modelo. “No se puede imprimir dólares físicos, pero sí se pueden crear dólares para el libro de contabilidad y luego se los negocian en la economía nacional”, dijo con desparpajo. “Intentaré construir alternativas porque no creo que el mundo tenga que someterse a la moneda de un solo país”, soltó. No se puede olvidar: Arauz detesta la dolarización y hará lo que pueda para asesinarla.