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Correa, cachiporrero de malandrines

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Los otros dirigentes políticos que están embarcados con Correa en el operativo para tener el control de la Judicatura han evitado hablar del tema

Salir a defender a un estercolero es la forma más contundente de admitir que es parte de él o que está de acuerdo en que dicho estercolero permanezca con su hedor en la vía pública. Esto es lo que le ocurre a Rafael Correa con el Consejo de la Judicatura: hasta ahora es la única persona con relevancia pública en el país que ha salido a defender la cloaca en que se ha convertido ese organismo presidido por el sicótico de Wilman Terán.

Correa no solo que ha replicado todas las defensas que ha hecho Terán ante las críticas de los otros poderes del Estado que condenan los bochornos que protagoniza el organismo que preside, sino que expresamente lanza sus diatribas a quienes lo han hecho.

Lo hizo cuando el Ejecutivo publicó un comunicado de rechazo y también lo hizo cuando el pleno de la Corte Nacional de Justicia condenó lo actuado por Terán. “¡Tremenda intromisión en la justicia!”, escribió cuando el Ejecutivo publicó un comunicado rechazando la escandalosa sesión donde con borracho de por medio y con un voto menos de lo que exige la ley sancionó al juez Walter Macías, para evitar que trate temas de alto perfil, como el de Las Torres.

Al menos los otros dirigentes políticos que están embarcados con Correa en el operativo para tener el control de la Judicatura han evitado hablar del tema: cuidan las formas y no se dejan ver las costuras. Saben que hay truhanes que les pueden ser útiles, pero no se exponen con ellos. Pero Correa es un triste cachiporrero de malandrines y no tiene empacho en ir por ahí haciéndoles barras.

Defender al Consejo de la Judicatura de Terán es estar de acuerdo con la consigna de las más oscuras fuerzas de las mafias políticas para sacar del camino al juez Macías y también es estar de acuerdo en el manejo corrompido de cortes provinciales como las de Guayas y Santa Elena, como ha detallado en una entrevista que publica hoy EXPRESO, el consejero disidente de la Judicatura, Fausto Murillo.

Defender a Terán y a sus compinches es, en definitiva, no tener vergüenza de salir a jugarse por un estercolero que contamina con su hedor la vida institucional del país.