Premium

Martín Pallares: Un vacunado en Carondelet

Avatar del Martin Pallares

Como se asoció con el correísmo para dizque tener gobernabilidad en virtud de sus 50 votos en la Asamblea, ahora tiene que humillarse...

Dícese de los vacunados que son aquellas personas que son víctimas de una extorsión y que por ese motivo tienen que cumplir con determinadas conductas impuestas por el vacunador, es decir por el extorsionador. Una conducta típica de alguien que está siendo víctima de una vacuna política es, por ejemplo, ser gentil con un delincuente como Jorge Glas y estar abierto a entregarle un salvoconducto para que pueda gozar de un asilo ilegal en México y al mismo tiempo insulta a un actor político que ha ejercido su derecho a la crítica como María Paula Romo. O haberse comportado con especialísima delicadeza con Rafael Correa al no haber emitido ni una triste nota de protesta al gobierno de Bélgica por su delito flagrante de obstrucción a la justicia al advertir, desde ese país, que se venía el operativo Metástasis.

Daniel Noboa, en efecto, está dejando al descubierto lo que probablemente es la más importante y perversa vacuna política en el Ecuador. Como se asoció con el correísmo para dizque tener gobernabilidad en virtud de sus 50 votos en la Asamblea, ahora tiene que humillarse y humillar al país portándose con infinita benevolencia con dos prófugos de la justicia como Glas y Correa.

Y mientras hace eso, trata de responsabilizar de todos los males de la actualidad a María Paula Romo y a su movimiento que movilizaron una importantísima porción del electorado a su favor. ¿Cómo se explica entonces que Noboa haya denostado a Romo tachándola de ex correísta mientras se sostiene en un pacto político con lo más granado del correísmo activo, ahora enlodado más que nunca con las mafias? ¿Cómo entender que el gran apóstol de las treguas políticas, el que dijo que había que pasar la página del pasado, el que habló pestes de los contras y santificó a los pro, ahora insulta a quienes critican su consulta descafeinada y mediocre mientras hace infinito cuidado por no perturbar o incomodar a políticos vinculados hasta las orejas con el narcotráfico? Tanto cuidado en no indisponerlos que mientras atacó a Romo por sus observaciones, no dijo está boca es mía ante unas críticas bastante ácidas y groseras hechas por Rafael Correa en una de sus radios. La única explicación, por supuesto, se llama vacuna: una vacuna que consiste en un nos cuidas y no nos haces daño y nosotros te damos los votos para tus leyes. Y si de paso puedes atacar a mis enemigos, mejor.