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Martín Pallares: Luisa es Correa

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Luisa González, a diferencia de Lenín Moreno, no tiene la más mínima autonomía de vuelo

Recorre en varios sectores del electorado la idea de que Luisa González es independiente de Rafael Correa y que, en su gobierno, actuará alejada de su siniestra sombra. Muchos han empezado a verla como una política moderada y llena de sentido común, como que nada tuviera que ver con la agresividad y las obsesiones perversas para manejar el poder que tiene el prófugo de la justicia. Hay incluso personas que dicen que se parece a Lenín Moreno y que, una vez montada en el potro del poder, se alejará de Correa para hacer un gobierno con perfil propio.

Esta idea obedece a una hábil estrategia de campaña electoral del correísmo donde González ya casi no aparece junto a su mentor. Si se observa cómo ha sido la campaña desde un poco antes de la primera vuelta incluso, se verá que a González se la proyecta como un mujer empoderada, vigorosa y fuerte. Incluso, los videos que circulan en redes sociales, sobre todo TikTok, muestran a una Luisa González que no teme mostrar sus atributos físicos y hasta cierta desenfadada coquetería. Cada vez más Bichota y menos política: esa es la consigna de los estrategas.

Aunque es imposible hacer un pronóstico absoluto sobre cómo manejará Luisa González su relación con Correa, los hechos demuestran que una supuesta liberación de Correa es muy poco probable y que es la campaña la que ha creado esa falsa ilusión. Luisa González, a diferencia de Lenín Moreno, no tiene la más mínima autonomía de vuelo porque nunca ha sido otra cosa que una simple asistente de Rafael Correa. A diferencia de Lenín Moreno que, hábilmente se guardaba o se encargaba de que sus discrepancias con Correa no se hagan públicas, la candidata del correísmo jamás ha dejado resquicio para que su alineamiento con Correa sea puesto en duda. Su grosera incapacidad para expresar una opinión propia sobre el matarife Nicolás Maduro es muestra de aquello, incluso a sabiendas de que eso le podría afectar. Lenín Moreno en cambio, cuando se reunía con empresarios y periodistas independientes, siempre soltaba señales de que no seguiría necesariamente el mandato del gran patrón. Luisa González no es otra cosa que una operadora de Rafael Correa y se engañan quienes piensan que con ella se va a inaugurar una nueva y fresca versión de una izquierda independiente del fascistoide de Correa.