Premium

Martín Pallares | Jaramillo, el mejor invento de Fernando Alvarado

Avatar del Martin Pallares

La vergüenza no parece ser, tampoco, una fortaleza de la discípula de Alvarado: repite acusaciones que ha lanzado el trolerío

Carolina Jaramillo resultó ser discípula excepcional de su mentor, Fernando Alvarado. Tan aplicada que terminó siendo igualita a él: no por tener cabeza de zapato, como Rafael Correa adjetivó alguna vez a su palafrenero Alvarado, sino por haber heredado fielmente su forma de ser, razonar y argumentar. Y no es de sorprenderse: es evidente que su paso por la Secretaria Nacional de Comunicación, entre 2015 y 2017, como asesora de cabeza de zapato cuando el correísmo más histérico dominaba la comunicación del gobierno de Rafael Correa, la dejó marcada profundamente.

El pasado jueves 23 de octubre durante una entrevista que le hizo, en su radio, el ex alcalde de Quito, Jorge Yunda, la portavoz de Carondelet replicó, a la perfección y hasta con el mismo tono, el manual de comportamiento de Alvarado de quien, se sabe, vive en Venezuela como prófugo de la justicia. Ahí, Jaramillo sostuvo que las críticas que EXPRESO ha hecho a ciertas decisiones de Daniel Noboa es una revancha del diario porque el gobierno le abrió una investigación por lavado de activos y evasión tributaria.

Para comenzar, Jaramillo miente: diario EXPRESO ha hecho periodismo crítico desde hace décadas y ha escrutado a todos los gobiernos anteriores porque eso es hacer periodismo y no desde que inició esa investigación amañada. Así, Jaramillo sigue a pie juntillas el manual de agresiones a la prensa independiente que patentaron sus mentores, los correístas más histéricos: tratar de deslegitimar las voces críticas inventándole cargos inexistentes e inventándoles una biografía.

La vergüenza no parece ser, tampoco, una fortaleza de la discípula de Alvarado: repite acusaciones que ha lanzado el trolerío oficialista y que se sustentan en documentos trucados donde destacan operaciones de contabilidad ridículamente mal hechas para posicionar la idea de que 75 canillitas han lavado más de 5 millones de dólares para EXPRESO. No tuvo, tal como tampoco hubiera tenido el cínico de cabeza de zapato, la decencia de aclarar cómo es que su gobierno no inició una investigación de verdad cuando un asambleísta oficialista alterno de medio pelo, que no tiene ni para comprarse un triciclo, gastó 2 millones 600 mil dólares para montar un emporio mediático. ¿Ahí no existen indicios de lavado o de enriquecimiento ilícito? En eso, quizá, hasta superó a su mentor.