Martin Pallares | El pecado de María Corina
Machado sabe que los venezolanos no pueden solos contra un Estado criminal
La cheveranga internacional, o izquierda del vecindario -que viene a ser lo mismo-, prefiere mil veces a Putin que a Trump, aunque el ruso sea mil veces más fascista que el presidente de EE. UU. Lo mismo ocurre con el Irán reaccionario de los ayatolas: allí, la represión a mujeres es un fenómeno cultural y por eso la cheveranga la ignora. Precisamente esa cheveranga es la que se retuerce con el Nobel de la Paz para María Corina Machado. Que haya tenido simpatías hacia una intervención de EE. UU. para sacar del poder a Maduro es, para ellos, un pecado mortal e imperdonable: la soberanía no se toca, dicen. No es, en cambio, una agresión a la soberanía la presencia de miles de agentes secretos cubanos ni los otros tantos rusos que operan para sostener al carnicero de Miraflores.
La izquierda es incapaz de entender -porque no le conviene- que, tras haber hecho todos los esfuerzos posibles para expulsar a los tiranos, incluyendo el sacrificio de vidas en calles y mazmorras, ya no queda otra alternativa que la liberación del país con ayuda de una potencia extranjera. Machado sabe que los venezolanos no pueden solos contra un Estado criminal. Esta es la izquierda que prefiere a Maduro en Miraflores cuando, en realidad, fue él quien robó la soberanía de los venezolanos al quedarse en el poder gracias al fraude electoral más descarado que se recuerde. Es esa misma izquierda -incluyendo al sátrapa de Miraflores- la que se llena la boca con Bolívar, olvidando que el Libertador hizo lo mismo que Machado, pero con la Inglaterra del siglo XIX que, a la sazón, era la mayor potencia imperialista del mundo. Lo de Bolívar incluso es peor: envió a Londres a López Méndez y Andrés Bello para pedir fusiles, cañones, pólvora y uniformes. También la contratación de oficiales británicos para entrenar y luchar junto a los ejércitos republicanos. Bolívar consiguió que el gobierno británico permitiera que la llamada Legión Británica, con hasta 8.000 combatientes, participara en las guerras de independencia.
La cheveranga de izquierda e indigenista también ignora que muchos pueblos, a los que llaman con gran reverencia ancestrales, han tejido alianzas con fuerzas extranjeras para librarse de sus opresores: los cañaris se aliaron con los españoles para librarse del yugo inca y los tlaxcaltecas, totonacas, otomíes y otros articularon un ejército de 100.000 hombres para derrotar a los sangrientos aztecas en Tenochtitlán. Olvidan todo eso porque prefieren a Maduro antes que a Machado.