Los ‘centennials’ y su impacto

Avatar del Marcia Gilbert

'Zamarrean a las estructuras políticas e informativas en lo que consideran severas negligencias en la defensa del planeta'.

Está en la mente de casi todos los lectores quiénes son “los millennials y los centennials”. Como ‘recorderis’, los primeros son los nacidos entre 1980 y 1995 y los segundos llegaron con el nuevo siglo

También se habla de la generación Y y de la generación Z. Según varias estimaciones, hoy la generación Z constituye entre el 32 y el 35 % de la población mundial. Estas nomenclaturas no están talladas en piedra; investigadores de numerosas disciplinas introducen algunas diferencias y precisiones que no alteran la lógica de este artículo.

Lo clave es saber que, sumadas estas dos generaciones, hablamos de una masa considerable de población joven. Esto nos conduce a considerar al cambio en sus hábitos y comportamientos, en sus nuevas formas de comprender el mundo y la necesidad de la inmediatez en todas sus transacciones. 

Agreguemos la capacidad de los ‘centennials’ de estar en permanente interrelación digital con sus pares y con otras culturas. Son ciudadanos globales. Desafían creencias y valores que suponíamos permanentes, reivindican activamente sus derechos, zamarrean a las estructuras políticas e informativas en lo que consideran severas negligencias en la defensa del planeta.

A nivel mundial, los ‘centennials’ están entrando con mucho vigor a la fuerza de trabajo y serán alrededor del 40 % de todos los consumidores en este año 2020. Muestran, además, un creciente interés en ver si las compañías están dirigiendo su mirada a aspectos como el hambre, la pobreza, la desigualdad, el desempleo juvenil, los derechos humanos, el cuidado de los animales y el cambio climático. 

Se concluye que el nivel de lealtad de los ‘centennials’ por la organización en la que trabajan o por las empresas que manufacturan los productos que consumen está pasando cada vez más por el escrutinio de los aspectos éticos, morales y prácticas de responsabilidad social auténticas.

¡Esto, naturalmente, podría ser una gran noticia! Es un enorme acierto el de las empresas que ya vienen modificando sus prácticas en función de estos factores. Ya hay compañías de avanzada en Ecuador.