Columnas

Gangrena sanitaria (I)

Esta es la película de terror La Salud ha muerto, con un IESS poderoso, que hoy se arrastra en la mendicidad, carcomido por funcionarios-termitas que han socavado su estructura y funcionalidad...

La gira del señor vicepresidente por los establecimientos de salud causó horror ante una cruda y espantosa realidad al ver el desmoronamiento de la atención médica y los servicios hospitalarios, donde el paciente, otrora adecuadamente atendido, se convirtió en un “ocupante de cama” conocido únicamente en los registros estadísticos, ya que obligado por las circunstancias económicas, se arriesgó a solicitar atención, recibiendo no solo una desatención supina, sino el peor de los tratos como persona.

Para muestra referiré el caso de un médico de 78 años con algunas preexistencias, el Dr. I. G. C., quien al caer se fracturó cúbito y radio (fractura de Colles), fue al Hospital del IESS de Los Ceibos, elefante edificado con un aparente sobreprecio de 300 millones de dólares, donde le manifestaron que no lo podían atender por carecer de la placa (su costo es de aproximadamente USD $ 800) y lo refirieron al hospital de Playas. Ante tamaño absurdo, solicité la ayuda del señor director general, quién muy ejecutivamente enderezó el entuerto y el paciente fue referido al hospital Teodoro Maldonado Carbo.

Ocho días después de la fractura y conseguida la placa, lo subieron a quirófano, donde “no pudieron canalizarle una vena”, lo cual impidió la cirugía y bajándolo de la mesa de operaciones le dijeron: “Váyase a su casa, tome paracetamol y espere a que la fractura se consolide espontáneamente”.

En el Teodoro Maldonado Carbo, estrella del IESS, las mafias se organizaron en todos los niveles. En la gerencia era donde se reunían los integrantes de la banda, establecían las necesidades, contactaban con sus panas proveedores, fijaban los sobreprecios y hacían las compras a dedo, garantizándose pingües ganancias a ser disfrutadas una vez que cumplan sus penas.

Esta es la película de terror La Salud ha muerto, con un IESS poderoso, que hoy se arrastra en la mendicidad, carcomido por funcionarios-termitas que han socavado su estructura y funcionalidad y lo que es más grave, han destruido la moral y honradez de la casi totalidad de servidores, cuyo grito de guerra es: “cuánto hay”.

Y sigo andando…