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Luis Sarrazín | Esperanza...

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Nada ocurrió y ese miserable y cruel comportamiento, arrastró a los prestadores a situaciones inimaginables

Las dificultades se mantienen y avanzan causando gravísimos estragos a los prestadores de servicios de salud que, confiando en la seriedad del Gobierno, ofrecieron sus servicios, solucionando así su incapacidad operativa, en la seguridad de que sus prestaciones serían canceladas adecuada y oportunamente.

Nada ocurrió y ese miserable y cruel comportamiento, arrastró a los prestadores a situaciones inimaginables, ya que, para seguir atendiendo a los pacientes, han tenido que vender propiedades e hipotecar hasta sus propios domicilios, al carecer de recursos para continuar cumpliendo con sus compromisos. Algunos ante la crisis se suicidaron.

El IESS mediante una resolución irracional, pero ‘rentable’, suprime a los auditores del Guayas, gente con conocimiento y experiencia, y traslada la auditoría institucional a Quito, para que sea manejada por personas desconocedoras de las realidades de la costa ecuatoriana, lo cual ha entorpecido gravemente la revisión de los expedientes.

Eduardo Peña ingresó para hacer modificaciones estructurales e implementar cambios de orden legal y así mejorar la situación del IESS, debiendo aclararse que el problema real es la falta de fondos, gracias a pésimos manejos que permitieron que el gobierno considerase a la institución como su caja chica, a resoluciones inconsultas carentes de financiación y por circunstancias de orden exógeno dadas por las cifras para atención a la jubilación frente a las de aportaciones.

Existen alternativas sugeridas por las mafias internas que no quieren cambios positivos, mafias que deben desaparecer, y con ellas los fideicomisos, la venta de cargos, las gerencias que manejan las compras públicas, los palanqueos, el negocio de las derivaciones, los convenios de pago entre corruptos público-privados, la entrega de préstamos hipotecarios, etc.

No puede sacrificarse a los aportantes sin hacer una ‘razzia’ total de la corrupción institucional entronizada desde la década fatal. El IESS es nuestro y el dinero de los afiliados. Queremos reformas reales y consistentes que reivindiquen nuestros derechos.

Y sigo andando…