COVID-19 y vacunas

"El Gobierno no ha hecho nada para asegurar la compra de vacunas para el Ecuador ante el Banco de Vacunas de Washington"
Entendamos que el virus que generó esta sindemia es extremadamente agresivo y mortal y que atacará sin piedad a todo ser humano susceptible, siendo imposible predecir cuánto tiempo vivirá entre nosotros.
Las indicaciones sanitarias se deben cumplir a rajatabla y en todo momento, para poder movernos con seguridad, controlándose sobre todo aglomeraciones, transportación y funcionamiento de mercados, por ser las mayores fuentes de contagio.
Debemos desoír a los aventureros desaprensivos que dicen que habrá vacuna para finales del 2020, lo cual es imposible.
La elaboración de una vacuna es un proceso altamente científico que se maneja con una rigurosidad absoluta y para que tengan una idea de lo que esto significa, les contaré que la vacuna que más rápido se produjo fue contra las paperas -parotiditis- y demoró 4 años; las vacunas contra la tuberculosis, el rotavirus y la varicela demoraron 13, 15 y 28 años respectivamente.
Todavía no conocemos al coronavirus, no se ha hecho una evaluación científica rigurosa y ni siquiera hemos entendido aún cómo afecta el virus al sistema inmunológico.
La desesperación por comercializarla puede ser honesta en unos casos y monetaria en otros, habida cuenta de que quien la lance al mercado se “hará la plata”.
Aquellos lectores adultos en 1960, recordarán que ante la mortalidad, gravedad y consecuencias de la poliomielitis, un laboratorio produjo la vacuna Salk, pero al aplicársela a los niños, a todos les dio la enfermedad, dando origen a un escándalo mundial que obligó a retirarla. Esto se debió a que la comercializaron sin haber terminado las pruebas de potencia y seguridad.
Rechazaremos las vacunas elaboradas a base del RNA ribosomal que pueden afectar el genoma, causando daños irreparables. Las otras, a base de virus atenuados, tendrán que ser inocuas, es decir, que careciendo de efectos adversos, producirán una inmunidad suficientemente prolongada, ofreciendo una estabilidad absoluta.
El Gobierno no ha hecho nada para asegurar la compra de vacunas para el Ecuador ante el Banco de Vacunas de Washington. ¡No perdamos la fe!
Y sigo andando…