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La magia de la unión

Avatar del Lourdes Luque

La solución a estos problemas nacionales no es solo del gobierno; es de todos. ¡Si no nos unimos, nos hundimos!

Cuando juega la Tri, hace magia. No necesariamente por la técnica y virtud de sus jugadores, sino por el efecto que produce en 17 millones de ecuatorianos. Un haz de luz ilumina nuestro día, nuestra vida. Ese césped de juego se convierte en el espacio de unión y sintonizamos con el coro que dice: “Ecuador siempre primero, primero en nuestro corazón. Todo un pueblo está esperando, Tricolor querida, tu consagración”. También nuestra frontera sur hacía la misma magia, las muchas veces que el ejército peruano adelantaba sus tropas antes de la paz. Recordemos, que el expresidente Durán Ballén nos dejó su legado de unidad durante su discurso en la guerra del Cenepa en 1995 con su frase: “Ni un paso atrás”. Y no lo dimos, la amenaza bélica nos unió y nos trajo la victoria del Cenepa, y con ella se abrió la puerta de la paz con el Perú. Un efecto similar fue la vacunación contra el COVID cuando el presidente Lasso nos convocó a vacunarnos a 9 millones de ecuatorianos en sus 100 primeros días de gobierno. Nuevamente la misma energía positiva de unirnos todos por un mismo fin. Las ganas de apoyarnos afloraron en un país ávido de encontrar grandes motivos que nos recuerden que somos una sola piel.

Hoy es urgente el compromiso de los empresarios y de la sociedad civil en los grandes desafíos y problemas. 5 millones de nosotros apoyamos el cambio de estructuras, de visión, de modelo económico. Veo con preocupación posiciones divergentes de quienes más deberían aportar al cambio, y no me refiero a los indígenas con su revancha histórica. Me refiero a la élite empresarial. Pues el sacrificio que se les pide a su patrimonio no debe alterar la estructura de costos ni su competitividad porque se calculan sobre resultados de los ejercicios y no sobre los costos de producción. Veamos a estos patrióticos aportes como vitales inversiones para sentar las bases de la verdadera competitividad y reactivación. La solución a estos problemas nacionales no es solo del gobierno; es de todos.

¡Si no nos unimos, nos hundimos!