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El bicentenario y tú

Avatar del Lourdes Luque

"La Revolución del 9 de Octubre es para los guayaquileños el día más importante del año"

Y hoy se cumplen 200 años de libertad de esta maravillosa ciudad. Diferentes culturas, diferentes países han sabido festejar a lo grande con imponentes monumentos los momentos importantes de su vida.

Por ejemplo, el país de mi bisabuelo construyó el Arco del Triunfo en París para celebrar la victoria de Bonaparte en Austerlitz. La Estatua de la Libertad fue un regalo del pueblo francés al pueblo estadounidense en 1886 para conmemorar el centenario de la Declaración de Independencia de los Estados Unidos y como un signo de amistad entre las dos naciones. El Arco de Tito en Roma fue construido durante la dinastía Flavia. Este arco fue edificado especialmente para dar la bienvenida a Tito, comandante de los ejércitos romanos que asediaron y conquistaron la primera rebelión judía en Judea y celebra la destrucción de Jerusalén por el ejército romano en el año 70.

Muchos monumentos se han construido en homenaje a hechos históricos por el hombre, el ser humano los ha hecho para contar historias, para glorificar los cuentos importantes para sus creadores humanos.

Luego de la Fragua de Vulcano, Olmedo, Villamil, Escobedo, Antepara, Urdaneta, Letamendi, Febres Cordero, Lavayen, Elizalde, Roca y Ximena dieron la libertad a este terruño. La Revolución del 9 de Octubre es para los guayaquileños el día más importante del año. No es solo el hecho de liberarnos, sino que marcaron para siempre en nuestro ADN, ese olor a libertarios que nos hace irrepetibles y que se transmite por ósmosis a todos los que adoptan a Guayaquil como su ciudad.

La pandemia no nos permite conmemorar como se debe a nuestra bella ciudad, la crisis económica no nos permite construir un monumento en honor a sus 200 años de ser la luz ardiente que sigue rayando en el oriente. Pero para ser honestos, el monumento más importante que podemos construir hoy está piel adentro. Guayaquileño, no olvides tus raíces independentistas, si mantienes la llama ardiente de nuestra esencia, sin dejarte avasallar por doctrinas socialistoides, el mejor monumento para el Bicentenario eres tú.