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Leo Stagg | Refundarnos

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La historia nos enseña que los grandes cambios no vienen solo desde el poder, sino desde el compromiso colectivo

El contundente triunfo de Daniel Noboa es una oportunidad histórica para refundar el Ecuador. El país habló con claridad y hoy más que nunca hay esperanza, pero también responsabilidad. Y esa responsabilidad no recae únicamente en el gobierno: nos toca a todos.

Refundarnos no significa empezar de cero, sino reconstruir nuestros cimientos. Se trata de practicar y consolidar los valores que nos permitan avanzar como nación: la honestidad como principio, el trabajo como cultura, la disciplina como camino y la solidaridad como base de comunidad. Muchos de estos valores constan en la Constitución, pero no pueden seguir siendo letra muerta. Deben convertirse en compromisos reales, vividos y exigidos por todos, cada día. Refundarnos es más que un acto simbólico: es una decisión colectiva.

No podemos limitarnos a exigir o a criticar desde la comodidad de la espera. Debemos actuar. Cada empresa que invierte, cada maestro que educa, cada joven que se esfuerza, cada ciudadano que respeta la ley, está refundando el país desde su lugar. El Ecuador que soñamos no se construye desde la exigencia, sino desde el compromiso.

La historia nos enseña que los grandes cambios no vienen solo desde el poder, sino desde el compromiso colectivo. En Estados Unidos, tras la Segunda Guerra Mundial, millones de ciudadanos asumieron con responsabilidad su rol en la reconstrucción: desde la producción hasta la innovación; todos entendieron que el país solo saldría adelante si cada uno aportaba. Alemania, tras la destrucción de la guerra, se rehizo sobre la base de la honestidad, la disciplina y el esfuerzo común. En los casos mencionados, la transformación nacional fue posible porque su gente decidió comprometerse más allá de lo que les exigía el Estado.

Hoy le toca a Ecuador. A la empresa privada le corresponde invertir y formar. A nosotros, ser ejemplo: cumplir normas, educar con valores, ayudar al que necesita. Refundarnos exige entrega, coherencia y coraje.

La verdadera victoria será la de un país que decide levantarse con dignidad. Refundarnos es amar al Ecuador. Y empieza hoy.