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Peaky Blinders

Avatar del Larissa Marangoni

Estamos enganchados con esta serie de Netflix del 2013; nuestra nueva realidad nos acerca hacia series con temas relacionados a la violencia y la falta de valores. Peaky Blinders relata la historia de la familia Shelby y su banda de ‘gangsters’ británicos de principios del siglo veinte, que dominaban las apuestas clandestinas y se regían mediante extorsiones. Para lograr su negocio ellos tenían comprados a los policías y los policías también negociaban con ellos para lograr agarrar a las bandas contrarias. La diferencia con nuestra realidad actual es el tiempo, porque el árbol de la corrupción llega hasta la copa, “cúpula” a la que verde solo le han quedado sus uniformes.

La historia de nuestro continente en temas de carteles nace con el famoso Pedro Avilés Pérez, el capo de la organización criminal y cartel de Sinaloa. Lo asesinan y sube su hermano y Miguel Ángel Félix Gallardo, jefe de jefes, zar de la droga y fundador del cartel de Guadalajara.

Las mafias tienen sus reglas, las cuales actualmente no se respetan porque los carteles están fuera de control por la guerra de territorios, pérdida del mercado en los Estados Unidos y una necesidad de expansión en otros países de Latinoamérica.

Algunas reglas de los carteles mexicanos son: no ser chismoso, tus compañeros no son tus amigos, no matar sin la orden del jefe, no mostrar el arma, no consumir drogas ni alcohol al momento de matar y no involucrar a mujeres ni niños. Parece la misión de una empresa, porque los carteles se manejan de esa manera con jerarquía y obediencia. Los menos visibles son los “comprados”, amparados en leyes diseñadas para facilitar las coimas y la corrupción. Un círculo vicioso donde la única manera de apaciguar esta situación es con el diálogo, porque los carteles no van a involucionar.

La sociedad está estancada; premiamos a personas que viven bien, sin interesarnos de dónde proviene su fortuna. Damos más valor a lo malo que a lo bueno, siendo lo malo noticia de primera plana.

Nuestra sociedad es al final del día como un Thomas Shelby, fumando opio para evadir la realidad.