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Niños no deseados

Avatar del Larissa Marangoni

Necesitamos una sociedad de niños deseados, protegidos y con oportunidades

Detienen a un sujeto que mató a su hija de seis meses porque lloraba en la madrugada. El padre primero la golpeó, la ató con una faja y le colocó un trapo en la boca para no escuchar sus llantos. Un niño de ocho meses murió cuando su madre le dio colada mezclada con cloro porque lloraba demasiado. Un padre inyectó sedantes a sus hijos de tres y seis años para que no lo molesten mientras dormía. Madre ahoga a su hijo de dos años con una almohada. Madre permitía que su pareja golpeara al hijo de ella de dos años, hasta que un día lo mató.

Miles de historias en todo el país se repiten. Niños asesinados, violados por sus familiares y especialmente por sus padres, casos en los que la violencia se genera porque la mayoría no querían serlo. Padres con problemas, que trajeron al mundo a niños no deseados por irresponsabilidad personal, por situaciones en las que el sexo se vuelve una acción diaria sin medir las consecuencias de no estar protegidos. Seres inmaduros y en un gran porcentaje menores de edad que empiezan a experimentar su sexualidad sin control o guía y como resultado nacen niños que jamás podrán vivir plenamente. Muchos se salvan, pero las secuelas son eternas y sí, no es justo que vivan en entornos de violencia y abandono.

El Gobierno tiene la responsabilidad de proporcionar educación permanente en temas de sexualidad y proveer métodos anticonceptivos de tiempo extendido. De esa manera el sexo no se vuelve una acción con consecuencias.

La pobreza se la combate con oportunidades educativas, económicas y sociales, siendo la educación un área que ha estado abandonada, con propósitos políticos de adoctrinamiento. Muchos psiquiatras alertan del fracaso en el control de la violencia, siendo la globalización la que ha extendido la violencia a otros países.

La cultura y la educación son formas de modular la agresividad. Ninguna de las dos se las aplica en nuestro país como metodología para la erradicación de la violencia. Necesitamos una sociedad de niños deseados, protegidos y con oportunidades.