Lista de deseos

Sí, tenemos que desear el bien, pero tenemos que hacerlo más con acciones. A veces solo lo decimos o lo pensamos, pero lo difícil es lograrlo.
Estamos acostumbrados a prometer cambios personales cada fin de año pero terminamos el año en situaciones o con personas que no nos han ayudado.
Rara vez deseamos o desechamos en términos plurales. Pensamos en la familia, los amigos cercanos, pero no en los que no conocemos.
Muchos desean en forma plural la paz en el mundo: “Qué Dios nos proteja”, pero son muy pocos los que reconocen la necesidad de proteger el planeta.
Sí, tenemos que desear el bien, pero tenemos que hacerlo más con acciones. A veces solo lo decimos o lo pensamos, pero lo difícil es lograrlo.
Desear es una palabra compleja porque define muchos aspectos positivos y negativos del ser humano, especialmente el instinto de supervivencia, el cual cada vez más lo vamos perdiendo.
Nunca es tarde para cuidar el planeta. La obligación empieza desde los gobiernos, y generalmente muy pocos la tienen clara, sin pensar más allá de un círculo generacional cercano. ¿Será que uno proyecta demasiado?
Hagamos que el 2020 sea el año de cambios. Cambios no solo en nuestra actitud sino también en cómo interactuamos entre nosotros.
El problema no son las nuevas generaciones, el problema son las generaciones silenciosas, ya que lo único que entienden es el “Yo” y jamás han conjugado ningún verbo en plural.
Si lo hubieran hecho, nuestro mundo sería otro: sin bosques en cenizas, sin ríos contaminados con mercurio, sin cerros destruidos, sin derrames de petróleo… Debemos aprender a no repetir los errores de esas generaciones, ya que solo han pensado en ellos y jamás en nosotros.
¿Y mi lista de deseos para el 2020?
Quisiera que los seres humanos seamos más inteligentes y honestos.
Quisiera que los seres humanos sean la solución del problema, no un factor más de la destrucción ambiental. Al final, si es sobre nosotros tenemos que saber evolucionar.