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El tiempo de uno

Avatar del Larissa Marangoni

Todo lo que hemos pasado estos últimos años con la pandemia, nos hizo reflexionar sobre cuánto tiempo nos queda y qué tenemos que lograr antes de que ocurra otra enfermedad, caiga un asteroide o que los extraterrestres nos invadan. Lo que sabemos es que no tenemos control, que hay algunos que sí saben y que manejan nuestro destino. Entonces tenemos que lograr hacer y ver lo más posible antes de que vuelvan a cerrar ciudades o que desaparezcamos. Decidí hacer y ver lo más que pueda en poco tiempo, por eso estamos en familia subiendo a algunos volcanes en Ecuador. Una semana entera, ya subimos el Rumiñahui y el Corazón; en dos días hemos caminado siete horas por día y subimos hasta 4.700 m. Tenemos algunos volcanes más hasta regresar de carnaval. Todos deberíamos pensar en nuestros sueños, metas e ilusiones durante estos años porque no sabemos qué puede suceder. La política es incierta, es controlada por un manojo de personas, peor aún, los que invierten en guerras, tecnología y hasta viajes a Marte. La guerra en Ucrania es un juego de ajedrez donde el rey decide el futuro de miles de personas y la reina solo mueve la cabeza como el perrito que venden en las calles de Guayaquil. Por eso tenemos que lograr cumplir lo que soñamos dentro de nuestra realidad y capacidad, pues no nos queda mucho tiempo y este es importante. Mi sueño a mis 54 años es lograr subir las cumbres más altas, pasar mi tiempo con mis amigas más íntimas, regresar donde mi padre nació y estudió, y algunas cosas más. No esperemos, el tiempo no es el mismo que en el pasado, va tan rápido y hasta la tierra se ha acelerado. Los sueños deben lograrse sino cuando muramos viviremos en el limbo esperando que alguien logre liberarnos. La vida si uno se lo propone puede ser muy simple y descomplicada, nosotros la complicamos por el estándar que la sociedad nos impone. El tiempo puede ser un aliado que nos guía y nos controla hasta donde queremos llegar y cómo queremos llegar. La vida es solo una. Me acuerdo de alguien que me dijo que tenía que esperar porque era muy joven para lograr ser una artista; no le hice caso y lo soy. El tiempo me ayudó y mi convicción me hizo superar el temor.