Premium

Juan Carlos Holguín | Y por fin, ¿atacará Estados Unidos a la narcodictadura?

Avatar del Juan Carlos Holguín

El rol de los pocos miembros honestos y no vinculados al crimen de las Fuerzas Armadas venezolanas será vital

Han pasado cinco semanas desde que el gobierno estadounidense presidido por Donald Trump anunció un aumento de la oferta de recompensa de hasta 50 millones de dólares en el marco del Programa de Recompensas contra Narcóticos (NRP) por información que conduzca al arresto y/o la condena de Nicolás Maduro por violar las leyes de Estados Unidos sobre narcóticos.

En el transcurso de estos días, Estados Unidos desplegó en el Caribe ocho buques de guerra, varios aviones de vigilancia P-8 de la Armada y un submarino de ataque. Y aunque el Pentágono ha ofrecido pocos detalles sobre los objetivos y ubicaciones de la fuerza, se conoce que al menos 6.700 infantes de la marina se encuentran en la región liderando la operación.

Además, el pasado domingo el presidente Trump dejó abierta la posibilidad de escalar el conflicto contra Venezuela, negándose a descartar una acción militar para destituir al ilegítimo gobierno del narcodictador Maduro, algo que incluso este articulista dudaba.

¿Es esta una manera legítima de salir de una narcodictadura? La respuesta es categórica: sí. Al declarar la Justicia Norteamericana al Cartel de los Soles como grupo terrorista y miembros del Crimen Organizado Transnacional, al igual que lo hizo el Parlamento Europeo, la legitimidad del acto está justificada.

Y es que no hay un manual para salir de una narcodictadura. Pero la sentencia de la Corte Penal Internacional, que continúa sus procesos contra Maduro y su círculo con el más alto interés de la mayoría de países del mundo, o el reconocimiento generalizado del fraude electoral del año 2024, ponen cada día más presión sobre el tirano de Caracas.

El rol de los pocos miembros honestos y no vinculados al crimen de las Fuerzas Armadas venezolanas será vital, y por ello la oferta de recompensa por parte de Estados Unidos puede ser importante.

Conforme avancen los acontecimientos, las familias de algunos de esos militares, sus amigos, el pueblo venezolano, pesarán sobre sus conciencias. Con las fuerzas norteamericanas dispuestas a capturar a un objetivo de alto valor del terrorismo, muchos se volcarán en el único objetivo: tener una Venezuela libre del narcodictador.

El régimen chavista siempre se apoyó en organizaciones paralelas no-estatales, colectivos motorizados, paramilitares, bandas delictivas en las prisiones o el crimen organizado. Funciona en colusión con ellos y con diferentes grados de integración. Los vínculos entre sí no son accidentales, son orgánicos. Se trata de la fusión de la violencia del Estado, el control territorial y los extraordinarios recursos que se originan en el tráfico de drogas y personas, la minería ilegal y el contrabando de gasolina. Este será el único apoyo que logrará tener Maduro en los próximos días, pues incluso sus socios políticos se irán desmarcando de él, salvo alguna crítica a una posible intervención militar.

Sin una salida democrática, pues es evidente que la dictadura de Maduro está sostenida por la operación de estructuras criminales, se requerirá un acto de fuerza, muy probablemente con acciones hemisféricas, y constataremos entonces si es que, capturando ese objetivo de tan alto valor, la situación de seguridad mejora en toda la región.