Complicado escenario

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Al parecer, la candidatura de Guillermo Lasso, hasta el momento, sería la única segura.

Las limitaciones del régimen en cuanto a su capacidad para resolver el cúmulo de problemas que aquejan al país, terminan definiéndolo como de transición. Ante ello empieza a ganar terreno la preocupación en torno a quién podría ocupar la dirección de Ejecutivo en el próximo período. Varios nombres circulan.

Al parecer, la candidatura de Guillermo Lasso, hasta el momento, sería la única segura. Dentro del mismo espectro ideológico las posibilidades de que Jaime Nebot opte por esa posición no terminan de concretarse. Este político se ha desplazado por varias provincias, se ha pronunciado acerca de determinados temas de interés nacional, pero cuando debe responder a la pregunta de si va o no a ser candidato, su salida no es, de ninguna manera, concreta y frontal. Es obvio deducir que si Nebot interviene, el porcentaje de la tendencia se dividiría, dejando una buena oportunidad para que alguien del centro hacia la izquierda asome como una carta con buenas perspectivas. Este segmento, sin embargo, no parece estar despejado para ser ocupado por un solo contendiente.

Así, del centro hacia la izquierda entraría, como ya se comienza a prever, la persona a quien decida apoyar el oficialismo, además de otro u otros que pueden asomar auspiciados por las organizaciones sociales o por quienes conservan aún nexos y simpatías con el correísmo.

El panorama genera más expectativas que probabilidades. En el centroderecha el liderazgo no dispone de referentes actuales que jueguen a favor. Ni CREO, ni el PSC han podido elaborar alternativas concretas para superar la crisis. Su actuación en el Legislativo, por ejemplo, ha sido contradictoria y ha generado dudas respecto a la existencia de una cohesión partidaria y programática. 

El personaje apoyado por el Gobierno entraría con el inri del desgaste de este, y cualquier candidato de los movimientos tendría que afrontar una realidad de enfrentamiento entre sus partidarios y una colectividad que suma rechazos y no mira con buenos ojos la violencia como carta política.

Nada está dicho.