José Molina: El silencio de la víctima
La víctima no debe callar, y por ello nuestra Constitución establece que la Fiscalía debe enfocar su investigación en ella
Una de las formas para que una noticia de un posible delito de acción pública llegue a conocimiento de un fiscal es la denuncia.
Claro está, no solo esta lo viabiliza para que el fiscal inicie una investigación, ya que existen muchas otras vías: un parte policial (elaborado con base y fundamento), una disposición de un juez; una autoridad pública que pueda conocer de la existencia de una posible infracción, entre otras.
Es por ello que el fiscal, para iniciar una investigación penal, no necesita la presentación de una denuncia, pero evidentemente para guiar una correcta investigación, es propicia la participación de la víctima, por más duro y lesivo que ello pueda resultar.
Pero es para la Fiscalía positivo que se denuncien los delitos, y más aún por parte de quien es víctima.
Con mucha razón, una autoridad de la Fiscalía me comentaba sobre la necesidad de que la víctima no calle, sino que denuncie.
En efecto, no es que haga falta número o cantidad de denuncias (existen cientos por día) , pero vemos que a diario se presentan hechos para investigación que no son delitos, y que se tienen otras vías para solucionarlos. Decía en otra columna: el derecho penal no sirve para todo, menos para venganza.
La víctima no puede ni debe callar, por ello bien hace nuestra Constitución al indicar que la Fiscalía debe dirigir su investigación con especial interés a ella, pues es quien sufrió el agravio.
Definitivamente, por más dura que sea la situación, la víctima no debe guardar silencio y debe colaborar con la investigación; así será más fácil que se haga justicia. Denunciar, pero con la verdad; no hacerlo jamás por venganza u otras situaciones, ya que, si se lo hace sin fundamento, también ello lo castiga severamente la ley.
Muchas veces tenemos miedo a denunciar, a decir la verdad, a exponer un caso. Se dificulta mucho lograr justicia si no se denuncia. La víctima tiene muchos mecanismos de protección institucionales.
Hablemos, pero siempre con la verdad.