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Andrés Isch | Súper poder

Mi esposa tiene TADH y eso le permite tomar el control de cientos de detalles simultáneos, ...

Mi esposa tiene TADH (trastorno de déficit de atención e hiperactividad). Desde que abre los ojos, muy temprano en la mañana, hasta la noche en la que cae fulminada, es como un dínamo: organiza, dispone y vuelve a organizar cada minuto de su día sin darse un respiro, con una rapidez que se le hace imposible a cualquiera poder seguir su ritmo. Ella descubrió sobre el TADH porque nuestra hija de nueve años también lo tiene y es otra fuente de alto poder que pone de cabeza todo lo que está a su alrededor.

Durante un tiempo, el TADH de la pequeña fue fuente de angustia de ambos. Nos presentaron su diagnóstico como un problema porque sus profesoras de ese momento, muy tradicionales, no lograban encontrar los caminos adecuados para enfocar su energía. Nos recomendaron infinidad de pruebas, terapias e incluso medicación (la cual, afortunadamente, rechazamos); en consecuencia, pasamos por un período en el que ella comenzó a dudar de sus capacidades mientras nosotros nos sentíamos culpables de no poder ayudarle a acoplarse.

Esta historia se repite en un alto porcentaje de hogares con niños que están sobre diagnosticados y dentro de estructuras educativas que no han logrado adaptarse a un mundo que los bombardea de estímulos, reduce sus espacios de desfogue y al mismo tiempo pretende obtener humanos en serie, como si el sistema fuera un molde para fabricar robots. En nuestro caso, providencialmente, coincidió que encontramos profesionales con una visión más amplia, que nos hicieron entender que el problema no está en las diferencias que un niño tenga con el molde impuesto por los colegios, sino en la existencia de ese molde como tal. La mayoría de los padres no llega a tener nunca ese apoyo en su proceso de crianza.

Mi esposa tiene TADH y eso le permite tomar el control de cientos de detalles simultáneos, con una capacidad gigantesca para organizar, producir y lograr que las cosas pasen, al mismo tiempo que es la piedra angular de nuestra familia. Mi hija tiene TADH y eso le da una visión única, con sensibilidad y creatividad ilimitada para imaginar; será, en el futuro, inventora de un mundo mejor. Ellas tienen un súper poder y yo la mayor de las suertes de ser parte de su vida.