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Aún no es tarde

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Nunca se debió poner un ‘pie explotador’ en Yasuní sin consulta. Y hoy, que al fin podemos decidir, hay que hacerlo valer

Lo primero que hay que entender sobre la pregunta del plebiscito sobre la explotación del Yasuní es que la iniciativa no provino del Gobierno. Tampoco de algún otro estamento en ocaso. Es producto de una lucha -por casi una década- de un colectivo ciudadano (Yasunidos). Tiene, por tanto, una fuente de democracia directa y eso es importante. Esto es el pueblo consultando al pueblo.

La pregunta es simple y busca que nosotros decidamos si el crudo debajo del bloque 43 se queda ahí para siempre o no. Si usted dice que sí, pues ya no habrá más extracción. Si usted, en cambio, dice que no, la explotación seguirá. Desde luego, hay muchos matices y efectos encontrados según sea su respuesta, pero la dicotomía siempre será la misma: dinero, recursos vs. la intangibilidad de la naturaleza.

Tengamos en cuenta que como la viabilidad de la consulta la determinó la justicia constitucional, su oportunidad no estuvo condicionada al cálculo electoral. El plebiscito es una piedra que todos los políticos se encontraron en el camino y que no pudieron eludir. De paso, se suma a las consecuencias democráticas de la muerte cruzada, esto es, a la suerte de las elecciones anticipadas.

Por ende, la consulta no es un salvataje económico, una ley urgente o un impuesto para aplacar un bache presupuestario o una emergencia. No tiene nada que ver con eso. Por tanto, no nos dejemos inocular ese argumento de “necesidad económica” con el que supuestamente se solucionan la pobreza, la desnutrición infantil, o se previenen las consecuencias del fenómeno de El Niño.

Ese discurso económico tiene hoy más fuerza que hace diez años porque el bloqueo oportuno de esta consulta en 2013 permitió que se explote ese bloque del Yasuní, sin que pudiéramos decidirlo o defenderlo. Claro, ya la plata y el poder han echado raíces en el lugar y eso también es ‘argumento’.

Nunca se debió poner un ‘pie explotador’ en Yasuní sin consulta. Y hoy, que al fin podemos decidir, hay que hacerlo valer.

Cereza del pastel: Petroecuador no es cuna de la honestidad. Ahí se anidan mafias que se nutren del petróleo.

¿Cuánto dinero de la explotación del bloque 43 está en los gordos bolsillos de la corrupción?