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Desasosiego

Avatar del Jorge Jalil

En fin, la necesidad que cientos de miles de ecuatorianos sufren día a día nos ha llevado a esta situación de caos en seguridad ciudadana en la que nos encontramos.

Lamentablemente, llevamos un tiempo viviendo en un país donde debemos mirar por encima de nuestros hombros, sintiendo un miedo indescriptible a que pase lo peor.

Esto no se trata solo de crimen organizado o golpes a cabecillas de bandas criminales, estos niveles de delincuencia común son un claro síntoma de males mucho más complejos en nuestra sociedad. Problemas como la falta de empleo, la violencia intrafamiliar, el estado de nuestras escuelas, el alto costo de la vida causado por factores internos y externos. En fin, la necesidad que cientos de miles de ecuatorianos sufren día a día nos ha llevado a esta situación de caos en seguridad ciudadana en la que nos encontramos.

Como es de esperarse, nuestro reclamo lo dirigimos a las fuerzas del orden y está bien porque para que una sociedad funcione se necesitan autoridades eficientes y además con presupuesto para cumplir sus funciones. No obstante, se requiere también que las dos turbinas de las que nos habló el presidente en su rendición de cuentas, que hacen volar a este avión que es la economía ecuatoriana, estén a toda velocidad.

La turbina de inversión privada se vio profundamente afectada por la pandemia y hoy la aquejan los problemas de cadenas de distribución y los elevados precios de insumos, mientras que la turbina de la inversión pública no pudo arrancar el año pasado por el estado en el que se encontraron nuestras arcas fiscales.

Ahora que la situación del sector privado es menos difícil y las cuentas públicas se encuentran en orden (como se nos ha dicho), podemos dar un primer paso para solucionar los problemas estructurales de nuestra realidad socioeconómica que agravan la delincuencia, generando empleo y activando la inversión pública.

Esto es un imperativo moral para calmar el desasosiego que sufren nuestros ciudadanos, tanto los que no se sienten seguros como los que no están seguros si van a tener cómo alimentar a sus familias.