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La república fragmentada

Avatar del Joaquín Hernández

Terminó asesinado en 1878, en que se inició, paradójicamente, una nueva etapa a partir del fracaso

Hace poco, el filósofo y amigo Víctor Krebs recomendaba, desde Lima, recurrir al libro La república agrietada, de Carmen McEvoy, como “lectura indispensable para saber cómo vivir lo que viene”. Lo que viene: el Perú del bicentenario que es ahora mismo, el Perú del COVID, el Perú que se apresta a elegir entre dos candidatos que representan la némesis del republicanismo que orientó al país como construcción ciudadana desde los días de Manuel Pardo en la década de los 70 del siglo XIX.

La época en que Pardo asumió la construcción de una república -gobierno representativo cuyo objetivo principal es preservar el bien común-, libertad, igualdad, educación, fue tan neblinosa como la que hoy se vive entre candidatos extremistas que ostentan el poder de la corrupción y de la manipulación caudillista por una parte y, por otra, la amenaza real de la violencia en nombre de una comunidad mesiánica. Hay que elegir entre el uno y el otro. A eso se ha llegado.

Votar por Fujimori, comentó hace poco César Hildebrandt, “es renunciar a toda dignidad, es despreciarse, es matar el honor y la autoestima”. Votar por Pedro Castillo, señalaba Jaime de Althaus, en El Comercio de Lima, llevaría a que pierdan el empleo más de 800.000 trabajadores formales y un incremento de la pobreza para 1,7 millones de personas.

No es la primera vez que el Perú, en estos doscientos años de vida republicana, enfrenta el caos y la anarquía. “Estamos navegando en una neblina completa”, le escribía en 1872 Manuel Pardo a su primo. Sin embargo, logró lo que hoy resulta al parecer imposible: la integración política del país en el republicanismo. Pocos años después, la derrota de la guerra con Chile que ensombreció a su nombre. Terminó asesinado en 1878, en que se inició, paradójicamente, una nueva etapa a partir del fracaso.

“La democracia, la igualdad de derechos y sus libertades - todo eso en peligro de diversas maneras por ambos lados- es lo único que nos debe unir después del domingo de elecciones, independientemente de quién gane”, es lo que se puede decir con Víctor en estas jornadas.