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Mayo 2023

Avatar del Jaime Rumbea

No solo multas por mal manejo de datos personales, sino también un cambio de chip

El que no esté listo en mayo del año que viene, la va a ver negra. Pilas con las sanciones de hasta el 1 % de ventas a la violación de nuevos derechos, definidos además, de manera general, como irrenunciables.

En mayo 2023 alcanza plena vigencia la Ley de Protección de Datos Personales. Las empresas que tienen entre sus registros (¿o activos?) datos de personas naturales, que son cada día más, atención.

Los datos personales están en todos lados: laboratorios, farmacias, supermercados, academia, banca, o en todo servicio "online". Salvo los acostumbrados a mejores prácticas internacionales, particularmente europeas, que están salvados, los demás requerirán inversión en robustos procesos de consentimiento, manejo y control de datos.

La ley impone el derecho a no ser objeto de decisiones basadas en valoraciones automatizadas, como las que caracterizan a las redes sociales o cualquier proceso algorítmico, salvo autorización expresa. En el caso de niños y adolescentes, deberán nominalmente los padres, miopes en esto, consentir por sus hijos, hasta una suerte de emancipación que la ley cifra a los 15 años.

Quince días es el plazo impuesto para rectificar información si lo pide el titular; igual plazo aplica, bajo ciertas condiciones, para quien solicite eliminar sus datos. La portabilidad, ese derecho consubstancial a nuestra identidad digital, faculta requerir que se entreguen los datos en un formato transferible, interoperable, susceptible de ser utilizado en otro lado sin perder valor; en fin, no "digitalmente" como el PDF que imagina el analfabeto tecnológico, sino en un formato procesable por sistemas.

Los costos de todo esto deben ser evaluados, sobre todo por organizaciones cuyos datos bailan en sistemas desactualizados, cuando no en carpetitas de papel, atomizados en archivos pasivos quién sabe dónde. ¿Cuánto tiempo toma ponerse manos a la obra para estar listo?

La ley pare también una superintendencia, cuyo titular está por ser nombrado en el Consejo de Participación de una terna que va en camino desde Carondelet.