Difícil desafío

...rara vez estamos claros sobre lo que eso significa, qué derechos hemos cedido y qué deberes hemos asumido ante los terceros cuyos servicios usamos o con quienes interactuamos
Pensamos menos de lo que deberíamos en la gobernabilidad digital. En cómo queremos que nuestras vidas funcionen cuando vayamos trasladando más esferas de nuestra existencia social al mundo 'online'. Ya nuestras identidades, nuestras actividades públicas y privadas están cada vez más expuestas en el mundo digital. Pero rara vez estamos claros sobre lo que eso significa, qué derechos hemos cedido y qué deberes hemos asumido ante los terceros cuyos servicios usamos o con quienes interactuamos.
Hace pocos días veía una película de Disney dedicada a Jacques Cousteau. En ella unos niños le preguntaban al gran explorador si la humanidad colonizaría los fondos de los océanos y moraría en ellos. Él dijo que no. Aunque tiempo antes había creído que esa era una buena idea ya para entonces respondía que primero deben los hombres organizarse y vivir bien en la tierra, aprendiendo a cuidarla, antes de ir a cometer en otros lados los errores cometidos acá. Lo mismo pasa con la colonización del mundo digital, llamada transformación digital. ¿Quiénes sino los humanos somos los que hemos creado identidades digitales, negocios en línea, avatares, organizaciones autónomas o entornos de juego que solo pueden definirse como otros mundos? Lo que nos lleva a preguntarnos: ¿qué cosas que hemos hecho aquí en el mundo real pudiéramos hacer mejor en nuestros mundos virtuales? ¿Qué necesitan nuestros hijos, nuestras familias, nuestras empresas y nuestro gobierno en ese nuevo mundo? ¿Qué prejuicios, sesgos y taras quisiéramos que se queden acá cuando diseñamos las reglas de esa nueva colonia? El diseño ya está pasando. Pero deberíamos mirarlo con más detenimiento. Toma de posiciones como en monedas digitales, donde el modelo chino desconoce la privacidad de las personas y el 'occidental' -si acaso es uno solo- pretende garantizar ese derecho humano, son un ejemplo.
El gobierno del futuro tendrá un rol, más liberal o más conservador, respecto a los flujos de información y los criterios que se usen para procesarlos, los llamados algoritmos. Difícil desafío.