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Jaime Rumbea: Un par de nos particulares

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Es en la agenda empresarial en donde pesan las dos negativas de la consulta

El triunfo del NO en dos de las nueve preguntas es una derrota para el sector empresarial. El presidente tiene razón cuando dice que 9-2 es un triunfo, incluso por paliza. La oposición no tiene razón cuando arguye que las preguntas importantes eran las dos negadas y que les da el triunfo a ellos: si así fuera, no habrían estado también en campaña y celebrado en la última consulta, cuando esas dos preguntas no existían, pero sí las demás.

 Mientras en ello persiste el debate, basta estar pilas para percibir consenso absoluto sobre la falta de explicación sobre esas dos preguntas por parte del Gobierno. Falta de explicación de sus proponentes. Pues de ellas solo hablaban sus detractores.

 ¿De quién es la reivindicación del arbitraje internacional? Lo fue del presidente cuando era candidato en campaña? ¿Lo fue de alguno de sus ministros como eje de gestión? Creo que tampoco, y si me equivoco, háganmelo saber. ¿Y el trabajo por horas? Tampoco creo que viene de la campaña, como sí fue el trabajo juvenil. Si me equivoco, corríjanme. Se trata, en cambio, de reivindicaciones del más alto estamento de la representación empresarial. Tan viejas reivindicaciones que ‘rankean’ bien alto en el decálogo histórico de peticiones de gremios empresariales.

Entiendo que los interesados podían calificarse para hacer campaña frente a la consulta y obtener recursos del contribuyente. Si los opositores a la consulta obtuvieron plata, me pregunto, ¿por qué aquellos gremios -directa o indirectamente- no pidieron también financiamiento para aupar sus reivindicaciones históricas, ahora que les había llegado la hora de la verdad? De nuevo, si alguno lo hizo, cosa imperceptible, háganmelo saber.

En el fondo, como dice el dicho, el que no llora no mama. Y la realidad es que por como fue manejada la campaña de esas dos preguntas, sus temas tienen hoy la peor connotación histórica; el trabajo por hora y los arbitrajes internacionales se cristalizaron en la opinión pública como temas contrarios a la voluntad popular.

El decálogo de reivindicaciones del sector privado ha perdido dos ítems. Eso es responsabilidad de alguien.