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Jaime Rumbea: Optimismo para 2024

Avatar del Jaime Rumbea

Mantener el optimismo ante los riesgos y la incertidumbre, aunque parezca irracional, puede también ser una decisión muy razonada

Nos aproximamos al final del año en medio de un escenario complejo: incertidumbre política, inseguridad económica y física. ¿Qué nos depara el futuro próximo? ¿Es -me pregunto- mantener el optimismo una elección ingenua o un acto humano inevitable, instintivo?

Cuando la incertidumbre se cierne sobre nosotros, ¿qué tanto realmente condiciona nuestras acciones? Por ejemplo, ¿cuando salimos a la calle estamos ignorando la inseguridad o enfrentándola? Trato de entender si tanta gente en la calle es muestra de optimismo y resiliencia; trato de entender si es simplemente prueba del inevitable instinto de supervivencia, al que poco importan las nubes negras. La condición humana radica parece en seguir adelante a pesar de la incertidumbre.

Todos nos movemos día a día entre dedicarle tiempo a lo desconocido y peligroso, e ignorarlo mientras emprendemos nuevos proyectos. De hecho, confiar en el Gobierno es en gran medida una forma de derivar a un tercero las preocupaciones sobre las que sentimos que no tenemos control. El futuro próximo luce borroso, un mix de riesgos, dudas y oportunidades. Veo a los pocos que valientemente emigran (porque emigrar, hoy en día, rara vez es huir sino buscar una vida mejor), a los pocos que valientemente se quedan, bregando de una forma u otra por el bien público, mientras la mayoría solo sigue adelante su vida privada sin pensarlo. Es difícil saber cuales son más razonables. Es difícil saber si la vida bien vivida se mide por la valentía de enfrentar las dificultades conscientemente o la valentía de ignorarlas y caminar con una sonrisa en la cara. Lo primero luce más cercano a nuestra condición humana, lo segundo nos recuerda que seguimos siendo tan solo animales.

Escribir una columna sin ofrecer opiniones categóricas me avergüenza, pero más me avergonzaría pretender tenerlas. El desafío es aceptar por igual la incertidumbre y sus riesgos, como la realidad de que da lo mismo y hay que seguir adelante, con una sonrisa.

Como decía Harvey, editado un poco por mí al español y al formato: durante años me pretendí inteligente, pero recomiendo agradable.