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‘Libido sciendi’

Avatar del Jaime Rumbea

Los ojos maravillados del niño que descubre y comprende el mundo a su alrededor’.

¿Cuántas veces tuviste en la mano tu teléfono inteligente en la última hora? ¿Cuántas veces lo desbloqueaste y lo revisaste? Aunque tuvieras instalada una herramienta para medir ese tiempo no lo sabrías. Tan solo sabes que es mucho y que a veces no lo puedes evitar.

Es comprensible que tengamos que regresar nuestra atención a las pantallas. Están hechas para eso. Nos recompensan con nueva información cada vez que las miramos, pero además lo hacen de tal forma que nuestra ‘psiquis’ es positivamente condicionada cada vez. Volveremos involuntariamente, por más y más de aquello que nos produce pequeñas dosis “gratuitas” de emoción, como los perros de Pavlov.

A veces, cuando logro por un momento ser consciente de estas cosas, recuerdo y me pregunto si aplica aquí el aforismo latino “libido sciendi”.

Ya fue hace mucho tiempo que los filósofos descubrieron las poderosas emociones positivas que sentimos las personas cuando adquirimos un nuevo saber, cuando aprendemos o entendemos algo.

La pregunta que cabe es entonces si nuestros pensadores clásicos anticiparon las reglas con las que los ingenieros de Facebook o Tik Tok diseñan hoy sus algoritmos e interfaces. O a contrario, si el frenesí de consultar una pantalla es producido por el saber o por algún otro hilo menos respetable de la ‘psiquis’.

Pregunto: ¿es el morbo de recibir y compartir primero un meme el que nos mueve en redes? ¿Es el narcisismo de ser ‘likeado’? Si la respuesta es afirmativa, lo que ha logrado la tecnología moderna suena distinto que el ‘libido sciendi.

Algunos expertos modernos dicen, sin esoterismos, que la evolución no es más que un proceso continuo y creciente de información. La misma información por la que vivimos sedientos.

¿Habrá sido solo eso a lo que los clásicos llamaban ‘libido sciendi’? ¿Será que no existe la emoción por el saber, por aprender algo nuevo y solo hay morbo y narcisismo? ¿Será solo un involuntario proceso de absorción de información?

Lo pienso también cuando veo los ojos maravillados del niño cuando descubre y comprende el mundo a su alrededor.