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‘Prohibition’ guayaca

Avatar del Iván Baquerizo

"Un tiro al aire más, pues siendo absolutamente ineficaz para alcanzar un supuesto beneficio sanitario, terminará por dar el golpe de gracia a la lánguida hostelería local"

La ley seca, coloquialmente conocida en inglés como ‘Prohibition’, fue la enmienda constitucional y posterior ley que proscribió entre 1919 y 1933 la comercialización de bebidas alcohólicas en los Estados Unidos.

Desde finales del siglo XIX, un movimiento autodenominado De la templanza inició una cruzada para prohibir la venta de alcohol en los Estados Unidos, argumentando que era fuente de vicios, pobreza, demencia, enfermedades y delincuencia. La ‘Prohibition’ terminaría siendo aprobada en 1919 por el Congreso americano con la expedición de la ley conocida como Ley Voelstead, en honor a su impulsor, el senador Andrew Voelstead, quien diría el día de su promulgación: “Esta noche, un minuto después de las doce, nacerá una nueva nación. El demonio de la bebida habrá hecho su testamento. Se inicia una era de ideas claras y modales limpios. Los barrios bajos serán pronto cosa del pasado. Las cárceles y correccionales quedarán vacíos y los transformaremos en granjas y fábricas. Todos los hombres volverán a caminar erguidos, a sonreír todas las mujeres y a reír todos los niños. Se cerraron para siempre las puertas del infierno”.

Como era de esperarse, hemos tenido un repunte de contagios de coronavirus en el mundo, en lo que se conoce como la “segunda ola” de la pandemia. Al haberse ido liberando de manera paulatina el encierro troglodita a nivel mundial, inevitablemente ha ido aumentado el ritmo de contagios. Afortunadamente, pareciera que la letalidad del virus hoy está siendo mejor controlada, pues al haber mayor conocimiento sobre cómo tratarlo, es más difícil que los contagiados terminen en los hospitales y se colapsen los sistemas sanitarios.

Por lo tanto, resulta ‘surreal’ ver cómo el Leviatán, lento para liberar y rápido para restringir, regresa con una segunda ola de colectivismo, versión 2.0.

Vemos el resurgimiento de variopintas regulaciones, a pesar de que han demostrado tener mediocres resultados en lo sanitario y un altísimo costo en lo económico. Regresan en Europa los toques de queda parciales o limitaciones a la movilidad y acá en el Ecuador se anuncian medidas inconstitucionales o ilegales, como el cierre de playas y, curiosamente, una ley seca de jueves a domingo y feriados.

Tal como se hiciera hace 101 años en los Estados Unidos, se quiere implementar una ‘prohibition’ guayaca, reeditando los fracasos de su antecesora. Un tiro al aire más, pues siendo absolutamente ineficaz para alcanzar un supuesto beneficio sanitario, terminará por dar el golpe de gracia a la lánguida hostelería local. El regreso del dirigismo colectivista para seguir destruyendo el esfuerzo de muchos con malogrados experimentos sociales.

En todo caso, este 11 de noviembre es mi aniversario matrimonial, por lo que saldré con mi esposa a cenar fuera de casa. Por suerte cae miércoles, por lo que podré celebrarlo sin ser afectado por la ‘prohibition’ guayaca. Pero si cayera viernes, dudo me abstuviera de beberme un par de Manhattans y un buen Rioja con mi cena -aun con el riesgo de hacerlo clandestinamente- porque aunque el Leviatán salga con sus conocidas chambonadas, sería viernes, y eso el cuerpo siempre lo sabe.

¡Hasta la próxima!