Columnas

Lamento boliviano

"...el escenario boliviano aquí puede repetirse; no significa que vaya a hacerlo"

El MAS ganó en Bolivia. Las encuestas no se equivocaron (del todo). La mayoría daba por ganador a Luis Arce. Pero no en primera vuelta. Dos preguntas por responder: (i) ¿en qué fallaron las encuestadoras?, y (ii) ¿cuál es la posibilidad de que este escenario se repita en Ecuador? Analistas afirman que el voto “indeciso” no es tal. En otras palabras esa columna de “no sabe, no responde”, contiene la crónica de una muerte anunciada. Un porcentaje alto ya sabe, pero no responde por vergüenza; su opinión será juzgada. Pero en la urna esa vergüenza desaparece. Y los deseos primarios florecen rayando la papeleta. ¿Debería preocuparnos? Según encuestadoras nacionales, en las elecciones pasadas 35 % del electorado decidió la última semana su votación. Considerando los resultados bolivianos: ¿no resulta ingenuo creer esto? ¿Cuántos de los encuestados ya sabían por quién votar pero ante la presión decidieron callar? Esperemos que no los suficientes para que se repita la historia. ¿Cuántas posibilidades tiene de repetirse? Si nos enfocamos en las similitudes, bastantes. Correa y Morales fueron presidentes del socialismo del SXXI y sucedidos por un gobierno de transición que generó el descontento absoluto en la población. Ambos pueden ser percibidos como víctimas de persecución, en diferentes grados. Evo ante el golpe de Estado, Correa por el juicio político en su contra. Ambos compiten en elecciones donde la incertidumbre y la crisis están a la orden del día, y puede que representen la estabilidad que algún día hubo. Hay diferencias: Morales cuenta con -de forma simplista- el voto indígena, ¿Correa tiene un segmento de la población que le “pertenezca”? Morales contaba con el MAS y sus bases electorales. Correa se lanza con la improvisación de Centro Democrático. Y más importante: en Bolivia, Luis Fernando Camacho decidió mantener su candidatura, restando votos a Carlos Mesa. Tal vez bajándose de la camioneta forzaba una segunda vuelta, aun sin él ahí. Con la unión de la centroderecha en Ecuador, pareciera que del mal de la dispersión no vamos a sufrir. Conclusión: el escenario boliviano aquí puede repetirse; no significa que vaya a hacerlo.