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¿Y ahora?

Avatar del Irene Vélez

"Nada está dicho. Y ahora, lo que podemos hacer es discutir estas preguntas el próximo viernes"

Uno de los últimos estudios de opinión (Click Research), afirmó que el 82,5 % de los consultados se mostró a favor de que el próximo presidente sea de “mano firme” y con experiencia. Entendible, necesitamos a alguien que proyecte seguridad en épocas de salto al vacío. Jaime Nebot encabezaba las encuestas. Después de todo, ¿quién más que él entra en esta descripción? Sin embargo, la suerte no estuvo de su lado. ¿Cómo iba a poder utilizar el “modelo exitoso de Guayaquil” como bandera electoral? Las imágenes de nuestras calles en abril serían la sombra de su candidatura. Y el caso Morales, como golpe de gracia. 

¿Qué nos deja? Dos escenarios con los cuales lidiar: (i) una consulta popular y (ii) un tablero político convulsionado. Sobre lo primero, revisemos las declaraciones del exalcalde: “La consulta popular hará que los ciudadanos decidan directamente su camino efectivo a la prosperidad. Presidentes, asambleístas, todo tipo de funcionarios, grupos de presión y partidos políticos, entre ellos la 6 y Aliados, solo justificarán su existencia obedeciendo al pie de la letra su mandato expreso y directo” (releer la última línea). Desconocemos el contenido de las preguntas, el proceso, candidatos que se sumen, etc. Pero la intención está clara. Nebot se va pero se queda. No puede ganar, cambia de juego. Se sitúa más allá del bien y el mal. Desconozco la confianza de la población en los resultados de una consulta.

 Atengámonos a los siguientes datos: 85,16 % de los ecuatorianos cree que la situación del país es mala, pero un 77,66 % cree que con un nuevo presidente las cosas van a mejorar. Ecuador, tu optimismo enternece. Para otro momento el análisis sobre nuestra cultura caudillista. Ese porcentaje, refleja el nivel de desaprobación de Lenín Moreno, que es del 80 %. Es que no fue solo la gestión durante la pandemia. Es que los escándalos no paran. Cada semana hay algo nuevo que su gobierno no pudo controlar. De cara al 2021 pareciera que ganaría el candidato que sea oposición a este gobierno y con capacidad de mando. ¿Tenemos esa maravilla? Y si la tenemos, ¿qué condiciones deben alinearse para que no se pierda en la marea de la papeleta? ¿Y ahora? Nada está dicho. Y ahora, lo que podemos hacer es discutir estas preguntas el próximo viernes.